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14.600 días de golpes. por José Cáceres

Podemos resumir la historia en un par de programas televisivos, llenarnos de angustia, de rabia (Mientras, el sistema creado nos oculta a Monsanto o la recién aprobada central hidroeléctrica cerro Cuervo en la Patagonia), relacionar imágenes con nuestros propios recuerdos y detener sin murmurar, las lágrimas que nacen desde la impotencia; observar el calendario y un libro que alcanzó a ser rescatado del fuego, porque mi abuela, que no sabía leer, lo escondió donde nunca nadie supo y me lo entrego sin hablar, en el silencio mismo de la seguridad y el miedo… Esa era una cara de la dictadura oligárquica, representada por seudos militares patrióticos que, como obedientes empleados de la burguesía chilena, decidieron un triste día martes de septiembre jugar a la guerra y disparar contra su pueblo.

Allende, el gran estadista, tuvo que resumir en un AK 47 su revolución de empanada y vino tinto. En que pensabas Salvador cuando no quisiste destituir generales, acaso la historia no te avisó cual sería la respuesta de los comunistas frente a una latente revuelta de los trabajadores contra los opresores. La respuesta estaba ahí, en Luis Emilio, en el boicot del para nacional del 61… en la “nueva mayoría de hoy”; tu valiente socialismo real, se hizo cobarde en un Altamirano y luego se “liberó” al mercado en el ser negociador de un Escalona. La traición se escondió en un arcoíris, en la sonrisa de unas y los dedos acusadores de otros.

Pero siempre hay leales al pueblo y mientras resistías al enemigo y Víctor empuñaba su guitarra; Miguel con otros se parapetaba en una fábricas; se quedó con muchos e insistió en preparar al pueblo, al más estilo de Rodríguez el guerrilleo, pero la furia del poderoso encontró su refugio; Así, la casa de calle Santa Fe fue asaltada por muchos de los valientes soldados, solos no podrían con él, porque (Al revés de los títeres armados defensores de los pocos que tienen el poder económico), cada uno de sus tiros eran disparados primero con razón y luego con valentía.

El golpe siguió en la historia, los soldados que han cuestionado su actuar, se silenciaron y hasta aceptaron como justo lo injusto. La D. C. luego de cubrir a cristo con sus túnicas amarillas de una extraña democracia, lo descubrieron para decirle con tono de misericordia, no que habían muchos muertos ni desaparecidos; sino, para informarle que ellos no tenían nada que ver, que ellos no habían sido… entonces ¿Quién mató a José Ahumada?... ¿Quién echó a los mercaderes del templo?

Más temprano que tarde habrá que disparar las primeras balas, quizás cambiemos las cuerdas o “los lápices” por un saco de balas. Te solicitaremos que nos des la fuerza y el valor al combatir y, trataremos de ser como tú o como Víctor o como Miguel y muchos que han sido imprescindibles luchando toda la vida. (P. Milanés- S. Rodríguez-V. Jara- B. Brecht)

Compañero Presidente, trataré desde mi humilde presencia, hacer comprender esa gran frase que pronunciaste entre el sonido egoísta de las explosiones rabiosas de bombas imperialistas y oligárquicas hace ya 14.600 días.

“LA HISTORIA ES NUESTRA, Y LA HACEN LOS PUEBLOS”.

José Cáceres S.

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