En kioscos: Marzo 2024
Suscripción Comprar
es | fr | en | +
Accéder au menu

Una herramienta rudimentaria pero siempre eficaz

Filosofía del alambre de púas

En la era de las cámaras de videovigilancia, de la identificación biométrica o incluso del mobiliario urbano disuasivo, se podría pensar que el alambre de púa ha quedado obsoleto. Sin embargo, sigue siendo ampliamente utilizado en todo el mundo, aun cuando, en Occidente, donde sigue asociado a los campos de concentración, se lo reserva para usos específicos. Inventariar sus múltiples empleos o sus sustitutos resulta rico en enseñanzas.

Inventado en 1874 por el granjero estadounidense Joseph Glidden, para delimitar las propiedades de las Grandes Llanuras, el alambre de púas se transformó rápidamente en un instrumento político de primera importancia. En menos de un siglo y medio, se usó sucesivamente para cercar las tierras de los indígenas de Estados Unidos, encerrar a poblaciones enteras durante la guerra de independencia de Cuba (1895-1898) o la segunda guerra de los bóers en Sudáfrica (1899-1902); guarneció las trincheras de la Primera Guerra Mundial, y suministró las cercas electrificadas de los campos de concentración y exterminio nazis.

En la actualidad, el alambre tipo “Glidden” sólo tiene, por lo general, aplicaciones agrícolas. Cuando se trata de repeler hombres, se reemplaza por el alambre llamado “navaja”: pequeñas hojas filosas insertadas en el alambre central, que pueden cortar y pinchar al intruso, sustituyen las púas. La forma de las hojas cortantes cambia según el uso previsto: pueden limitarse a la simple disuasión o ser capaces de herir mortalmente...

Artículo completo: 251 palabras.

Texto completo en la edición impresa del mes de octubre 2013
en venta en quioscos y en versión digital
E-mail: edicion.chile@lemondediplomatique.cl

Adquiera los periódicos y libros digitales en:
www.editorialauncreemos.cl

Olivier Razac

Filósofo. Autor de Histoire politique du barbelé, Flammarion, col. “Champs Essais”, París, 2009 (1ª ed.: La Fabrique, París, 2000).

Compartir este artículo