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Entre Gilgamesh y Enkidú

La eterna disputa por el sentido del crecimiento

Solemos olvidar que los dilemas que genera el crecimiento económico no constituyen una singularidad de nuestro capitalismo tardío. Siguiendo a Tomáš Sedlácek podríamos remontarnos al texto literario más antiguo de la humanidad, la epopeya de Gilgamesh, escrito hace más de 4000 años, para encontrar las mismas preguntas que hoy permanecen abiertas en relación a una racionalidad económica basada en el crecimiento ilimitado y a toda costa.

En apretada síntesis, la antigua obra mesopotámica parte narrando el proyecto titánico y despótico del rey Gilgamesh por construir un gigantesco muro alrededor de la ciudad de Uruk. Una muralla que le permitiera acumular y proteger sus riquezas. Para lograrlo impone los más duros sacrificios al pueblo y al entorno natural, llegando a talar los bosques de su región. Incluso decreta la separación de las familias y los amantes, con turnos agotadores de trabajo: “A los jóvenes varones de Uruk hostiga sin derecho,/ Gilgamesh no permite que el hijo vaya con su padre, construye los baluartes durante el día y durante la noche (…) no permite que la joven vaya con su novio/ la hija del guerrero, la novia del joven varón”.

Ante este trato despótico el pueblo de Uruk clamó al cielo: “Los grandes dioses escucharon los lamentos (…) El gran dios Anú escuchó las quejas. Y llamó a la gran diosa Arurú: tú Arurú creaste a Gilgamesh, crea ahora a su igual. Deja que luche con Gilgamesh tanto como desee. Deja que sean contendientes para que Uruk pueda encontrar la paz”. Arurú moldea entonces al salvaje Enkidú, un contra-héroe criado con los animales del bosque, y destinado a detener la empresa de Gilgamesh...

Artículo completo: 289 palabras.

Texto completo en la edición impresa del mes de julio 2016
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Álvaro Ramis

Teólogo, doctor en Ética Aplicada.

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