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Una estrategia para la izquierda

¿Es posible una Europa democrática?

Antes que hablar de los problemas comunes de la Unión Europea,a las elecciones europeas yuxtaponen 27 escrutinios donde los electores se pronuncian sobre sus gobiernos locales. Sin embargo, el margen de maniobra de cada Estado es muy acotado a causa de los tratados europeos. ¿Qué puede proponer la izquierda para superar esta situación?

Un fantasma recorre la izquierda: Europa. Se le aparecerá a los “chalecos amarillos” desde el momento en que estos se interroguen concretamente acerca de las políticas alternativas; de hecho eso ya está ocurriendo. Sucede que toda idea de hacer “otra cosa” está consagrada a chocar contra el muro de los tratados. Aflojar las políticas de austeridad que destruyen los servicios públicos, acabar con la anomalía democrática de un Banco Central independiente sin ninguna legitimidad política, deshacer las estructuras que constituyen el dominio de las finanzas tanto sobre las empresas como sobre los gobiernos, terminar con la competencia realmente falseada (por el dumping social y ambiental) o con las deslocalizaciones desbocadas, reconquistar la posibilidad de las ayudas estatales: todo esto, que necesariamente tiene que ver con una política de justicia social, se ha vuelto formalmente imposible por los tratados.

“¡Entonces rehagamos los tratados!”. Después de “la Europa social”, “el euro democrático” es la ilusión de reemplazo que permite a la “izquierda inconsecuente” seguir difiriendo el momento de enfrentar el problema europeo. De Yanis Varoufakis a Benoît Hamon, pasando por Raphaël Glucksmann, todo el mundo quiere “rehacer los tratados”. Digámoslo sin más demora: no van a rehacer nada...

Artículo completo: 265 palabras.

Texto completo en la edición impresa del mes de mayo 2019
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Frédéric Lordon

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