La situación en la que se vio envuelta la planta de Agrosuper en Freirina, no dejó indiferente a nadie. No solo por la contaminación que producía hacia los vecinos, sino que también por una serie de hechos que ponen al descubierto las faenas que realiza esta empresa puertas adentro. Pero la pregunta más importante sin duda es ¿si esto pasó en esta planta de cerdos, considerada una de las más grandes de la empresa, como serán las condiciones en que funcionan las otras plantas de Agrosuper?
C.O.P.C trabajador de la reproductora de cerdos situada en Longovilo, sector de Melipilla y perteneciente a Agrosuper, relata lo que también para él, son interrogantes por resolver. Trabajó once años en la empresa y hasta el año pasado cuando dejó su trabajo por motivos personales, como partero en esta reproductora, vivió de cerca la realidad de los cerdos que por lo menos, en el lugar en el que él trabajaba, recibían los cuidados correspondientes. Ubicada estratégicamente entre los cerros, para evitar situaciones como la de Freirina, contaban con salas de parto en donde los lechones eran separados de la madre a los 21 días de nacidos para llevarlos a otra planta en Loica, donde eran despachados al comercio después de 120 días.
Cantidad de tiempo suficiente para que alcanzaran 150 Kg. aproximadamente según el testimonio de este trabajador, quien hace las comparaciones con las hembras reproductoras, las cuales ya adultas por supuesto, llegaban a pesar esta cifra pero en un periodo de tiempo de 6 meses.
Actualmente la curva de crecimiento de los cerdos de engorde (a comercializar), tiene el potencial de una curva ascendente en su crecimiento hasta las 24 o 25 semanas de edad. Un factor determinante sin duda en esta situación, es la demanda que vendrá a determinar el momento óptimo económico de venta en el cual es más rentable para la empresa la salida de los cerdos gordos.
¿Es posible que un lechón crezca adecuadamente en tan poco tiempo? ¿Cual es el desarrollo que le dan a estos animales?, resultan preguntas no menores si pensamos en las miles de mesas a las que estos cerdos llegarán como alimento.
Se extrañan las explicaciones para hechos como este. Solo cabe confiar en la correcta fiscalización en el desarrollo de estos animales que aunque correspondan a un producto, también son seres vivos que merecen condiciones dignas de vida.
