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CARTA ABIERTA AL ARZOBISPO DE SANTIAGO RICARDO EZZATI y declaración del Comité Oscar Romero-SICSAL-Chile.

EN BÚSQUEDA DE UNA IGLESIA CON LAS PUERTAS ABIERTAS

Declaración pública del Comité Oscar Romero-SICSAL-Chile.-

I A través de la prensa, se ha hecho pública la diferencia de la visión de Iglesia del Arzobispo de Santiago y del Nuncio Apostólico con los sacerdotes Mariano Puga, José Aldunate y Felipe Berríos, los dos últimos pertenecientes a la Compañía de Jesús. Los tres sacerdotes son reconocidos por su santidad de vida, su lucidez intelectual y su profundo y generoso compromiso evangélico expresado en obras de justicia. Su fidelidad al Evangelio es inobjetable, pues nadie puede negar que, literalmente, han acogido la Palabra de Jesús: “El que quiera ser el primero, que sea el último y el servidor de todos”. (Mc. 9, 35).

II El Comité Oscar Romero-SICSAL-Chile entrega su solidaridad a los tres sacerdotes cuestionados y a quienes les acompañan y comparten su vida de Iglesia, porque constituyen un testimonio radical de fe del mensaje de Jesús, que es el amor a los oprimidos de su pueblo. Al igual que Jesús, sus existencias no son rituales, sino existencias para los oprimidos de nuestro pueblo. Ello significa que Dios “nos revela su presencia activa y su llamado, no en los grandes de la tierra, no en el “poder sagrado” de las jerarquías humanas, no en la cultura elitista y el prestigio de las “clases dirigentes”, sino en el semejante necesitado, reconocido y servido como hermano y en la muchedumbre de pobres y marginados, con sus privaciones y su esperanza”. (Muñoz, R., “Dios de los cristianos”, Ed. Paulinas, Madrid, 1987, pág. 92).

III Es válido afirmar que el conflicto en cuestión es expresión del contexto histórico que está viviendo la Iglesia Católica: el Concilio Vaticano II renovó la teología de la Iglesia, centrando a ésta en el pueblo de Dios. Pero la institución eclesial ha continuado teniendo su centro en la Jerarquía gobernante. Por tanto, se trata de dos “Iglesias” que representan dos eclesiologías yuxtapuestas, pero no integradas y el gobierno jerárquico se encuentra, muchas veces, sobreponiéndose a la participación responsable del pueblo creyente y de los sacerdotes comprometidos con sus inquietudes y esperanzas. En consecuencia, pareciera pertinente recordar que la Constitución dogmática “Lumen Gentium” (Sobre la Iglesia), del Concilio Vaticano II, respecto del episcopado afirma que el obispo “tenga siempre ante los ojos el ejemplo del Buen Pastor, que vino no a ser servido, sino a servir y a dar la vida por sus ovejas. Tomado de entre los hombres y rodeado él mismo de flaquezas, debe apiadarse de los ignorantes y equivocados. No se niegue a oír a sus súbditos”. (Nº 27).

IV Recientemente, en la Exhortación Apostólica “Evangelii Gaudium” (La alegría del Evangelio), el Papa Francisco, al igual que los tres sacerdotes cuestionados, se ha manifestado preocupado del sufrimiento de los pobres y enfermos, de los ancianos y de los niños, y no del esplendor de la Iglesia. Por ello, afirma que en una Iglesia misionera el obispo debe acompañar a todos “y no sólo a algunos que le acaricien los oídos”. (Nº 31). Y agrega: “Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a las calles, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades. No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que termina clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos”. (49). V Es también necesario sacar a la luz la Carta Pastoral del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile, “Humanizar y compartir con equidad el desarrollo de Chile”, de septiembre de 2012, firmada por los obispos del Comité Permanente presidido por el Arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati. En su introducción se indica que “la fe cristiana no es sólo una doctrina, una sabiduría, un conjunto de normas morales. La fe cristiana es un encuentro real, una relación con Jesucristo. Transmitir la fe significa crear en cada lugar y en cada tiempo las condiciones para que este encuentro entre los hombres y Jesucristo se realice”.(…) “Dios quiere que seamos seres autónomos y libres, convencidos de la verdad de un mensaje que humaniza, que nos invita sin ambigüedades y sin recortes a emprender el desafío que lleva a la verdadera felicidad”. (IV, Nº 8). Es esto, justamente, lo que los tres sacerdotes cuestionados han llevado a cabo a lo largo de sus vidas. Luego, es difícil entender que las mismas personas que se erigen en jueces carezcan de consecuencia entre sus palabras y sus acciones y formas de proceder, las que no respetan la dignidad de las personas al interior de la Iglesia, lo que consecuentemente es un antitestimonio y motivo de agotamiento para los discípulos de Jesús que padecen diversas formas de injusticia al interior de la Iglesia. Estos procedimientos autoritarios e inhumanos deben terminar.

VI Como discípulo de Jesús, el obispo-mártir Oscar Arnulfo Romero también padeció la persecución de parte de quienes conciben a la Iglesia como una entidad de poder. Romero, proféticamente, planteó dos preguntas fundamentales: en qué Dios cree la Iglesia y si cree en Dios. Al igual que Puga, Aldunate y Berríos, Romero creyó en un Dios de la historia, denunciador del pecado que da muerte y que a la vez mantiene la esperanza de los pobres. Y él mismo asevera que “sería muy triste una Iglesia que se sintiera tan dueña de la verdad que rechazara todo lo demás”. (8-7-1979). La Palabra de Dios, que es un proyecto de vida para humanizar el mundo, y que innegablemente han seguido Mariano Puga, José Aldunate y Felipe Berríos, exige que ellos sean respetados. No aceptamos que sean cuestionados –menos aún en la forma como se ha procedido- porque sus acciones y sus orientaciones llevan salud a los enfermos, comida a los pobres y solidaridad humana. Es así como ellos construyen una Iglesia con las puertas abiertas.

Comité Oscar Romero-SICSAL-Chile.

Santiago de Chile, 15 de octubre de 2014.


CARTA ABIERTA AL ARZOBISPO DE SANTIAGO RICARDO EZZATI

En Santiago de Chile a 13 de Octubre de 2014, los abajo firmantes, nos dirigimos al actual Sr. Arzobispo de Santiago, don Ricardo Ezzati Andrello, para manifestarle con respeto, pero con la mayor firmeza, que la situación actual provoca que:

1. Tomamos conocimiento de una acción que Ud. emprendió ante sus autoridades superiores del Vaticano en contra de los sacerdotes Mariano Puga, José Aldunate y Felipe Berrios, miembros de la Iglesia, reconocidos defensores de los pobres y perseguidos de nuestro pueblo, en las condiciones más duras y difíciles, arriesgando incluso sus vidas, según se traduce de sus historias personales y pastorales, así como le consta a la comunidad chilena en general.

2. Repudiamos tal acción, por estar completamente reñida con el mensaje de Jesucristo y expresamos nuestra Solidaridad y profundo respeto por los sacerdotes perseguidos.

3. Los sacerdotes denunciados por Ud., son parte del capital moral de nuestro país, el cual no permitiremos que se pretenda consumir con acciones fuera de todo contenido cristiano y ético, de cara al pasado, presente y futuro de Chile y los más pobres y perseguidos, también por cierto en memoria de todos aquellos quienes fueron protegidos en sus vidas y derechos, por los hoy denunciados sacerdotes, hermanos de su misma Iglesia.

Primeras firmas:

1. Mónica Echeverría Yañez.

2. Francisca Celedón Bulnes.

3. Beatriz Miranda Oyarzún.

4. María Eugenia Camus Poblete.

5. Gonzalo Mardones.

6. Adriana Benicelli.

7. María Jesús Porter.

8. María Elena Ugalde.

9. Félix Mora.

10. René Castillo A.

11. Ignacio Celedón.

12. Carlos Concha.

13. Cristián Castillo Echeverría.

14. Carmen Hertz Cádiz.

15. Apolonia Ramírez Caballero.

16. Sylvia Castillo Araya.

17. Mary Anne Beausire Alonso

18. Carmen Castillo Echeverria

19. María de los Ángeles Celedón Bulnes

20. Isabel Ropert Contreras.

21. Roberto Celedón Bulnes

22. Mercedes Celedón Bulnes

23. Solange Muñoz Rivera

24. María Stella Dabancens Gándara

25. María Soledad Espinoza C.

26. Claudia Lanzarotti

27. Alejandra Holzapfel

28. Rosita Ayress Moreno

29. Yuri Gahona M.

30. Manuel Riesco Larraín

31. Tania Toro Spuler

32. Erika Spuler

33. Antonia Urrejola Noguera

34. Aminié Calderón

35. Rodrigo del Villar Cañas

36. Pedro Matta Lemoine

37. José Bórquez Vega

38. Sylvia Lagos Ortiz

39. Héctor Carvallo

40. Nelson Fernández Sepúlveda

41. Ruth Kries Saavedra

42. Laura Atencio Abarca

43. Magdalena Garretón Soler


DECLARACIÓN PÚBLICA

Frente a la situación divulgada a través de la prensa en relación a acusaciones en contra de los sacerdotes Mariano Puga, José Aldunate y Felipe Berríos, la Comisión Ética Contra la Tortura (CECT-Chile) declara lo siguiente:

1º Los sacerdotes Mariano Puga y José Aldunate son integrantes del Consejo Consultivo de la Comisión Ética contra la Tortura (CECT-Chile) y han formado parte de la fundación de la misma. Ambos han recibido un homenaje especial otorgado por la Comisión Ética contra la Tortura (CECT-Chile), dadas sus largas y ejemplares trayectorias en defensa de los Derechos Humanos.

2º Los tres sacerdotes son públicamente reconocidos por su santidad de vida, su lucidez intelectual y su profundo compromiso con su fe expresada en obras de justicia. Lo que ellos han ofrecido en el período dictatorial y hasta ahora, ha sido su propia existencia que, en todo momento, ha sido una existencia para los demás y, en especial, para las víctimas de violaciones de Derechos Humanos en sus distintas formas.

3º La Comisión Ética Contra la Tortura (CECT-Chile) considera que los superiores jerárquicos que han enjuiciado a los tres sacerdotes por supuestas aseveraciones alejadas de la doctrina católica, expresan una notoria distancia con las actuales orientaciones dadas por el Papa Francisco, quien ha afirmado que “prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades. No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos”. (“Evangelium Gaudium”, Nº 49).

4º La Comisión Ética Contra la Tortura (CECT-Chile) otorga su irrestricto apoyo a las tres personas afectadas por su compromiso con los “condenados de la tierra” y les insta a continuar con sus labores y sus orientaciones, las cuales poseen un significado de gran trascendencia para los defensores de Derechos Humanos, para las víctimas y para todo nuestro pueblo.

Juana Aguilera Jaramillo Presidenta

Hervi Lara Bravo Coordinador

Comisión Ética Contra la Tortura (CECT-Chile) Santiago de Chile, 15 de octubre de 2014

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