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Calidad de la Educación: Carta a la Presidenta Michel Bachelet

Señora
Michel Bachelet
Presidenta de la República
Palacio de La Moneda
De nuestra consideración

Como es de todos conocido, Chile vive una profunda crisis en su educación en sus diferentes niveles. Si el tema central es la calidad de la educación, las actuales reformas implementadas por el gobierno, siendo sumamente importantes, no acercan a las instituciones educacionales a la calidad de ellas. La calidad de la educación es fundamentalmente un tema paradigmático que implica una nueva visión curricular que permita a estudiantes, profesores y profesionales en general, egresar de las nuevas instituciones educacionales con una nueva visión.

Las actuales reformas dan un paso importante en la democratización de la educación chilena. Pero esas metas que se plantean se alcanzan en los marcos del paradigma educacional tradicional. No es un cambio paradigmático, de visión en la formación. Al mantener esta mirada lineal cartesiana, ingenieril, profesores y .alumnos y alumnas siguen pensando con la misma visión como hasta ahora. La actual aula con sus disciplinas separadas matan la curiosidad y la creatividad de los discentes, impidiendo que las y los jóvenes se abran al mundo actual y sus problemas. Profesores y académicos con su exagerada hiperespecialización y las universidades con sus departamentos estancos cerrados a la vida social y ecológica, levantan muros que impiden que se descubran las relaciones ocultas entre todos los sucesos y sus entornos. La educación de mala calidad enseña que la ciencia debe estar basada en la evidencia construida con estadísticas lineales, impidiendo la sensibilidad a la ambigüedad, a la incertidumbre, a juntar lo que se encuentra artificialmente disjunto, a asociar antagónicos.

La “calidad” actual de la educación se entiende como una formación en las instituciones educacionales basadas en una racionalidad perversa, como razón instrumental, que privilegia el cálculo de interés, pensamientos infalibles doctrinales. Se ignora la relación sistémica individuo-sociedad-especie que permite conocer la sociedad, el mundo y el cosmos. En fin, una mal llamada “calidad” que ha transformado a los y las alumnos y alumnas, como asimismo a los profesores y profesoras en máquinas robotizadas, con criterios estandarizados, sin iniciativas, desvinculados unos de otros, con mentes obtusas dificultando con ello las convivencia en la sociedad.

Los docentes y estudiantes universitarios esperaríamos cambios en ese sentido, pero lo que conocemos hasta el momento no nos da esperanzas de que eso sea así. Las transformaciones que se plantean son fundamentalmente burocráticos. Se destaca con fuerza como lo principal de la reforma la creación de la Subsecretaría de Educación Superior, la reformulación de la Comisión Nacional de Acreditación como Agencia de Calidad de la Educación Superior y otros. Y lo fundamental de estas instituciones se centrarían según la ley, en medidas para el desarrollo, promoción y mejoramiento continuo de la calidad en la educación superior, pero una vez más, sin definir lo que es calidad de la educación.

Es urgente reconocer que estamos frente a una revolución del pensamiento. Invitamos a que esta reforma del sistema educacional implique que el conocimiento debe ser entendido como un universo abierto, donde el azar y la necesidad se entrelazan en un sistema flexible hasta saltar a un nuevo estadio de complejidad. La nueva forma de pensar debe enfatizar en el enfoque total no parcializado de los problemas, poniendo en primer plano la interrelación mutua de los distintos subsistemas. El proceso del conocimiento está sustentado en la actualidad en un entorno de comunicaciones veloces compuesto de complejos y diversos lenguajes. Hay que abrir lo existente a otras posibilidades, ampliando los sucesos a lo nuevo que puede suceder. El conocimiento debe ser capaz de introducirse en la esencia de la época, con su carga de contradicciones y tendencias, con sus transformaciones, a través de los procesos dialógicos del desarrollo, en otra época nueva, en un nuevo tiempo. Saber en la actualidad es innovar y cambiar sin cesar. El conocimiento debe enseñar a saber cómo conocer más, aprender cada uno de sí mismo, ser capaz de explicar, conocer, comprender y prever lo que viene. Debe desarrollar personas que tengan visión sistémica, holística, estratégica, de futuro, innovadores, transdisciplinar, de manejo de complejidades e incertidumbres, generadoras de cambios culturales profundos en todos los ámbitos del saber y del hacer.

El conocer implica hoy día el uso obligado de herramientas tecnológicas que ha creado para cada persona un cúmulo de información, transformando al mundo de hoy día es una red de relaciones donde interactuamos a través de un gigantesco sistema hipermedial, sino el más grande, el único que ha movido las estructuras de la Sociedad. Se debe desarrollar la aptitud natural de la inteligencia humana para ubicar todas sus informaciones en un contexto y en un conjunto, y para ello las TICs juegan hoy día un papel fundamental. Hay que enseñar la condición humana: su integridad como ser físico, biológico, cultural, social e histórico. La educación debe buscar reconocer la unidad y la complejidad de todo lo humano, superar lo que las ciencias especializadas ha desunido, y convocar de nuevo la unión de lo diverso, los lazos intrínsecos entre lo social, lo económico, lo tecnológico, lo ético y otras esferas de la vida, la relación dialógica entre lo universal, lo particular y lo singular que aparece hoy día desvinculado por la irrupción violenta de las tecnologías en la vida humana.

En definitiva, hay que poner en el centro de la educación una antropo-ética que busca respetar profundamente la condición humana de carácter ternario en su triple relación de individuo-sociedad-especie. Todo desarrollo verdaderamente humano debe comprender el desarrollo conjunto de las autonomías individuales, de las participaciones comunitarias y la conciencia de pertenecer a la especie humana. La gran tarea que tenemos por delante, como señala Morín, es desarrollar la voluntad de realizar la ciudadanía terrenal. Y para ello la educación debe ser profundamente transformada, entre otros, en el sentido paradigmático que planteamos.

La saludan atentamente

Jaime Yanes Guzmán

Dr. en Pensamiento Complejo

Santiago, 24 de febrero de 2017

Jaime Yanes es el primer firmante, para agregar otras firmas ver https://pensar-lopensado.blogspot.cl/2017/02/calidad-de-la-educacion-carta-la.html?showComment=1488066754971#c7729104642292559740

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