En kioscos: Abril 2024
Suscripción Comprar
es | fr | en | +
Accéder au menu

Carta Abierta al Señor Cardenal Ezzati. Por Alejandro Guzmán

Me permito dirigirme a Ud. como el prelado que tiene una importante responsabilidad en la conducción de la iglesia en nuestro país y sobre el particular y tratándose de materias opinables y como laico que tiene perfecto derecho a emitir su opinión sobre las declaraciones que la curia ha hecho sobre situaciones de política interna y también sobre declaraciones hechas a propósito de la muerte de Patricio Alwyn, le planteo mi opinión absolutamente contraria a sus dichos.

En efecto, he querido dejar pasar un poco de tiempo desde la la muerte de Alwyn y las declaraciones que Uds. hicieron en su homenaje, declaraciones que prácticamente lo presentaron como un estadista y también casi como un santo, no existiendo mérito ni para lo uno ni para lo otro.

En efecto, cabe preguntarse quién fue Patricio Alwyn. Durante el gobierno de Salvador Allende él fue un golpista, de tal modo que pedía el Golpe de Estado en forma pública, existiendo declaraciones grabadas donde solicita la intervención militar. Siguiendo las instrucciones de Eduardo Frei Montalva, y como operador de éste, le negó a Salvador Allende toda posibilidad de diálogo para buscar una salida política a la situación que en tal época se vivía. Allende quería llamar a un plebiscito para que el pueblo decidiera si se iba o se quedaba. En tales gestiones participaba también nuestro Cardenal Raúl Silva Henríquez y un poco más distante pero con el mismo propósito don Bernardo Leighton Guzmán, los que querían el diálogo para buscar una salida democrática. Don Raúl Silva Henríquez le pidió a Frei Montalva que participara del diálogo, pero Frei contestó :”Si me lo pide como católico, le tendré que contestar que si porque Ud. es mi obispo.Si me lo pide como político , le diré que no”. Don Raúl Silva Henríquez le contestó mas o menos así : Mire Eduardo, yo a veces me he preguntado,¿Cuál de los dos gobiernos, el suyo o el del Dr. Salvador Allende , en la práctica , han estado mas cerca del cristianismo?.Y debo reconocer que , a veces , me he contestado y he pensado “ El de Allende porque está beneficiando y haciendo mas justicia a los pobres”. Frei y Alwyn no querían dialogo alguno y estaban por el golpe .Por ello todo eso fracasó gracias . Militares cercanos a la democracia cristiana afimaron que darían el golpe siempre que la DC estuviera de acuerdo. Y este partido estuvo de acuerdo, menos 13 de sus integrantes encabezados por don Bernardo Leighton, los que sacaron una declaración pública condenando el golpe y rindiendo un homenaje a Salvador Allende .La negativa a dialogar e impulsar el golpe fue un baño de sangre, asesinatos de miles de personas, torturas, detenidos desaparecidos, exiliados, en suma un genocidio que afectó principalmente a los predilectos de Jesús, es decir, a los pobres.

Entonces Alwyn, cuando pedía el golpe, al igual que Frei, no podían ignorar que habrían muchas muertes, mucho dolor y sufrimiento. Y siguieron adelante aceptando lo que vendría.

Alwyn, al igual que Frei, se proclamaba como demócratas cristianos. En consecuencia Cristianos, seguidores de Cristo. Al fomentar el golpe, que perfectamente pudieron impedirlo, no hubo prácticamente mandamiento alguno de Dios que no fuera infringido. Veamos, empecemos por el No Matarás. Nunca se sabrá con exactitud cuántos fueron los asesinados. Pregunto : ¿es cristiano eso?. ¿Es que Dios quería eso?. No, no lo quería. Un cristiano no puede estar de acuerdo con un golpe de Estado. Pero empujó las cosas hacia el. Alwyn tuvo una clara responsabilidad en el genocidio que se cometió en este país. Empujó el carro hacia el golpe, comprometió, junto con Frei, al partido demócrata cristiano en la conspiración. En suma estuvo dentro de los conspiradores.

Pero Uds. le rindieron un homenaje al cual no tenía derecho alguno. Y de paso dejan establecido que los mandamientos parecen ser normas y disposiciones vacías, sin contenido, ni obligatoriedad.

Así entonces desapareció en Chile el derecho a la vida. Se instaló en el país la mentira. Cuanto se mentía para justificar y ocultar tanto crimen. El no mentirás fue algo cotidiano. Y en esto también tiene responsabilidad el demócrata cristiano Alwyn.

Entonces cabe preguntarse en que quedó el mandamiento de Amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. Dicho de otro modo cabe preguntarse si cuando se ama a Dios y al prójimo como a ti mismo se puede pedir un golpe de Estado para poner fin a un régimen que además buscaba la liberación de los pobres, justicia para ellos, igualdad y elevar sus condiciones de vida a un estado de dignidad. Prosiguiendo, es un hecho real que el robo se institucionalizó. Cuantos bienes que fueron de todos los chilenos pasaron a civiles que prácticamente nada pagaron por ellos.

Con esto el No robarás no fue respetado. Y así suma y sigue y resumiendo, no quedó mandamiento que no fuera infringido. Entonces también en todo ello Patricio Alwyn tiene responsabilidad. Pidió el golpe sabiendo o debiendo saber sus consecuencias. Es más, después del golpe mantuvo su adhesión al régimen militar. Fue abogado y como tal pudo haber ingresado al Comité Pro Paz para defender a tanto perseguido. No lo hizo. Tampoco después ingresó a la Vicaría de la Solidaridad. Él estaba con el golpe y sus consecuencias.

Pero Uds. le rindieron un homenaje cuando en verdad era de los civiles que debió ser procesado como responsable de la violación de los Derechos Humanos. Entre las razones que Uds. tuvieron para ello puede estar el desconocimiento de nuestra historia.

Pero existe ahora una realidad que no puede ignorarse y que ha motivado el alejamiento de la gran mayoría del pueblo de la vida política del país. Entre sus responsables también se encuentra Patricio Alwyn, como se pasa a demostrar. En efecto, tanto él como Ricardo Lagos más Gabriel Valdés, ya fallecido, y personeros como Carlos Cáceres y Gutemberg Martínez sellaron la suerte del pueblo de Chile llamando a votar Si o No en un plebiscito cuando todo ya estaba tranzado. Se mantuvo la Constitución, el modelo neo liberal de mercado que es profundamente inmoral, que habría justicia, pero ello no fue así. En suma se engañó y se traicionó al pueblo. Y en esta traición Patricio Alwyn, ya como presidente, dio el punta de pié inicial a esta realidad de injusticia y corrupción que vivimos. Es evidente y público el desprecio del pueblo de Chile por los dirigentes políticos que empezó al poco tiempo que se dijo la mentira que la alegría estaba llegando al país, desprecio que sigue creciendo y que se torna grave y peligroso.

En efecto, tanta mentira y traición, tanto abuso, tanta explotación a que el pueblo es sometido, tanta corrupción y comisión de delitos en los más altos niveles de las autoridades del país, tanta desprotección de la ciudadanía de la delincuencia que se ve favorecida por una reforma procesal penal que solo puede calificarse de penosa, tanta violación de los derechos humanos , ha hecho que el pueblo, como una manera de hacer notar su desprecio hacia las autoridades del país se haya marginado de la vida política ocasionando como consecuencia de ello que el gobierno y el parlamento carezcan de legitimidad y no obstante ello los candidatos se abren el camino a pechazos y codazos para postular en las próximas elecciones para continuar en esta fiesta de reparto y coimas.

Sr. Cardenal, no es posible guardar silencio frente a esta realidad que vive el país, que es bastante más grave de lo que parece. Así Ud. centró su homilía del pasado 18 de Septiembre en la esperanza que debe tener el pueblo en su futuro. No se pone en duda su buena fe y buenas intenciones para efectuar tales planteamientos. Pero la realidad indica que no puede existir esperanza alguna para los chilenos, en especial los más pobres ya que continúan siendo explotados por los poderosos al igual que cuando Chile estaba siendo gobernado por el tirano Pinochet. Y todo indica que esta realidad continuará en el futuro. En efecto, el descontento y rabia de gran parte de la ciudadanía va creciendo en forma silenciosa y no está lejano el día en que se va a producir en Chile un estallido social de incalculables consecuencias, incluso con pérdidas de vidas. Nadie levanta la voz sobre este peligro, nadie se preocupa mayormente por esto. Pero aún es tiempo para buscar una solución y en esto y por el bien del pueblo Uds., como pastores, deben intervenir en esta materia proponiendo medidas de fondo y coherentes con los mandamientos de Dios. A mi juicio y dado el profundo rechazo del pueblo hacia los gobernantes del país, estimo que se hace necesario que la presidenta Bachelet renuncie, al igual que los integrantes del Parlamento, que en forma interina asuma la presidencia de Chile el Presidente de la Corte Suprema, el que debe llamar a un plebiscito a efectuarse a los noventa días para que el pueblo se pronuncie si desea el término de las A.F.P., término de la economía neo liberal de mercado, nacionalización de las riquezas básicas, educación gratuita, industrialización del país, etc. Y que a los 120 días debe llamar a elecciones presidenciales y de parlamentarios en las cuales no deberán participar todos aquellos que hayan ocupado cargos públicos de gobierno y del parlamento. Solo así nacerá y prenderá la esperanza entre los chilenos. Se hace urgente y preciso limpiar nuestros organismos públicos y vida política para que la esperanza nazca y crezca dentro de nosotros. Pensar que la esperanza puede llegar en esta realidad plagada de mercaderes, donde todo se transa, se compra y se vende, donde la adoración del dinero y del poder es pan de cada día, no es posible por muy buenas que sean sus intenciones. Creo que Lázaro encarna muy bien la realidad del pueblo de Chile.

Esperando que esta misiva pueda suscitar su interés y preocupación, se despide Atte. De Ud.

ALEJANDRO GUZMÁN BARBÉ.

ABOGADO.

guzmanbarbe@hotmail.com
Bandera N 465,of.702
Santiago.

Compartir este artículo