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Caso Bombas: el único estallido que escuchamos fue el de la alegría frente a la lectura del fallo. Por Marco Silva Cornejo

En la métrica de un Santiago grisáceo y otoñal, se inscribe un capítulo con sensación de esa justicia tantas veces esquiva y maletera para los ningunos, para los nadie como les llama Galeano, para los que se organizan bajo las banderas que denuncian el estado policial y el montaje político articulado desde la Moneda.

En la audiencia donde se leyó la sentencia del tribunal de garantía en el llamado caso Bombas, que deja absueltos a los últimos 6 detenidos, las únicas detonaciones que se escucharon fueron las de alegría y emoción de los imputados, familiares y amigos. Pues ahí donde Hinzpeter con la complicidad de su escudero Peña veían bombas, sistemas de financiamiento, detonadores y terroristas, los noticieros solo nos mostraban estudiantes, jóvenes y familiares en bicicletas, tirando papel picado, levantando globos multicolores para celebrar el fallo de un poder judicial que pese a las presiones, logra dar una señal de independencia y madurez democrática. Las gráficas de prensa y las imágenes televisivas, cristalizaron el caso bombas con un estallido final de júbilo, alegría y esperanza.

Las imágenes de los jóvenes que acompañaron a los imputados durante la audiencia de lectura de fallo, distan de la construcción con la que el gobierno pretendió caricaturizar a los militantes libertarios, criminalizando la acción de las casas OCUPA, militarizando allanamientos, falsificando pruebas y evidencia en el proceso. Al cerrar el día, la sensación que queda en ciudadanía es que las únicas prácticas terroristas que se observaron en el caso bombas, fueron las impulsadas por la Moneda, bajo la dirección estratégica del Ministerio del Interior.

La Moneda y su ministro del Interior, deben responder por el descarado y criminal montaje con el que pretendieron condenar a más de una quincena de jóvenes. Los caprichos de Hinzpeter han representado una nueva y bochornosa derrota para el ejecutivo, que insiste en criminalizar las luchas sociales y ver terroristas donde solo hay alegría y juventud, se suman a los procesados en el caso Bombas, el joven paquistaní y los juicios criminalizantes y vinculantes de actos terroristas con los que Rodrigo Hinzpeter se refiere a los jóvenes organizados bajo las demandas del pueblo mapuche en la región de la Araucanía.

Al terminar el proceso vinculado al caso BOMBAS, adquiere más sentido la tesis de que en la nebulosa conciencia de Hinzpeter es en el único espacio donde de manera fabulatoria habitan los terroristas y subversivos, herencia y condición de su pertenencia ideológica y de su vital y obsesiva necesidad de impulsar guerras(contra el terrorismo, contra la delincuencia, contra la pobreza), representando el ADN típico de un heredero del dictador, que entiende que para gobernar se requieren guerras que ganar.

Marco Silva Cornejo

Mg. En Ciencias Sociales Aplicadas UFRO.

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