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Coordinadora Nacional de Trabajadores NO+AFP Propuesta de un nuevo sistema de pensiones para Chile

La propuesta que formulamos es obra de la Coordinadora Nacional de Trabajadores NO+AFP, organización fundada en junio de 2013 por diversas organizaciones sindicales del sector público y privado, de las ciudades de Concepción, Rancagua y Santiago. Al poco andar fue sumando a un número importante de otras organizaciones de diferentes regiones del país. En mayo de 2014 la Coordinadora realizó su primer Congreso Nacional en la ciudad de Valdivia, ocasión en que participaron importantes gremios del sector público, como la ANEF, CONFU- SAM, FENPRUS, FENAFUCH y organizaciones de trabajadores de todo el país, como la Unión Portuaria, ASMAR, Confederación Bancaria, CUT de Valdivia y un número importante de sindicatos de diversas áreas de la economía, de Valdivia, Temuco, Osorno, Coyhaique, Antofagasta, Valparaíso y Arica. También fue muy significativo el apoyo recibido en este primer Congreso de múltiples organizaciones estudiantiles, federaciones locales y nacionales, como la FECH, la FEUC, FEC, FEUSACH, FEUACh, etc.

En abril de 2016, realiza su segundo Congreso Nacional, al que concurren más de 300 delegados de todo el país, consolidando así una organización de hecho cuyo norte es la lucha por un Sistema de Seguridad Social para los trabajadores y trabajadoras del país.

Las motivaciones que nos llevaron a abordar esta gran iniciativa es la constatación empírica y científica que en el marco del actual sistema de capitalización no será posible mejorar las pensiones de nuestros actuales compatriotas. Lo que resulta más grave, de no efectuar cambios estructurales, es que este sistema nos condenará a pensiones mucho más precarias. Ello, es motivo más que suficiente para decidirnos a esta gran cruzada que no sólo tiene un objetivo práctico, cual es mejorar el nivel de vida al momento de alcanzar la vejez, sino que, y esto es talvez lo más importante, tiene un componente ético, toda vez que somos de aquellos que nos resistimos a ceder ante quienes persisten en acentuar el individualismo por sobre lo colectivo; el individualismo por sobre lo solidario.

Muchos años observábamos como el deterioro de las pensiones y la falta de Seguridad Social en nuestro país, hacía cada día más difícil vivir dignamente. Constatábamos como la salud y la pensión, dos derechos fundamentales, arrebatados en y por la dictadura cívico militar se alejaban cada vez más de nuestros objetivos. Nos comparábamos con los trabajadores de países vecinos y concluíamos, que a pesar de todo el desprecio y desdén con el que acostumbran a mirarlos, ellos, los argentinos, los peruanos y los bolivianos han logrado mantener ciertos derechos esenciales garantizados por el Estado que nosotros los chilenos no tenemos. Podrán contrarrestarnos diciéndonos que tenemos un PIB per cápita más alto que todos ellos; que somos parte de la OCDE, de las grandes ligas como acostumbran a ufanarse los representantes del poder. Sin embargo, nada dirán acerca de que tenemos la más brutal concentración de la riqueza en pocas manos y que este indicador, se acrecentó después de la dictadura, en gran medida por el impúdico asalto que han hecho de nuestros ahorros previsionales los grandes grupos económicos.

Ciertamente que nuestros vecinos no podrán competir con nosotros en carreteras concesionadas; tampoco en gigantescas y fastuosas edificaciones que obnubilan a cualquiera, mucho menos, podrán disputarnos el record de contar con la mayor cantidad de farmacias en todas las ciudades del país, no como expresión de que cumplen un rol auxiliar de la salud, sino como un remedo precisamente de la falta de ésta.

Al fin de cuentas, lo que interesa es saber quién o quiénes pueden vivir mejor. Aquellos que cuentan con Seguridad Social o aquellos que la perdieron. No es menor, responder a esto, pues al final de nuestra vida laboral lo que buscamos es un poco de tranquilidad, de paz, pues ella nos permite alcanzar algo esencial en la persona humana, la felicidad.

Por la envergadura que significa restituir para los trabajadores y trabajadoras de nuestro país la Seguridad Social, es que el tiempo tomado para formularla no ha sido poco, antes de que la Comisión Asesora Presidencial sobre el Sistema de Pensiones comenzara su tarea, nosotros ya habíamos emprendido esta labor. Para este trabajo contamos con el aporte de muchas organizaciones sindicales y gremiales que nos entregaron mucha información, cientos de casos y ejemplos que ayudaron a ir, poco a poco, no sólo reflexionando, sino que construyendo una propuesta que viene a demostrar que sí es posible el cambio estructural del actual sistema.

En este largo recorrido ha sido fundamental el apoyo de muchos profesionales, organizaciones sindicales y fundaciones. Además las decenas de charlas, foros y encuentros con trabajadores en todo el país, nutrieron de contenido esta propuesta.

Queremos destacar en primer lugar a los profesionales Marco Kremerman, Gonzalo Durán y Recaredo Gálvez de Fundación SOL, compartimos con ellos no sólo la mirada crítica del modelo chileno en pensiones, sino que también, aspectos críticos del modelo económico en general. La rigurosidad profesional, la reflexión crítica y el análisis carente de dogmas han hecho de esta Fundación una de las instituciones más creíbles y serias de nuestro país.

Asímismo, queremos reconocer el apoyo con sus ideas, críticas, reflexiones y saberes de profesionales destacados, como los economistas Patricio Guzmán, Manuel Riesco, Andras Uthoff, Claudia Sanhueza y Marcela Vera, así como también del abogado y profesor de Seguridad Social, Juan Sebastián Gumucio, todos ellos jugaron un papel importante en la construcción de nuestra propuesta.

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