En kioscos: Abril 2024
Suscripción Comprar
es | fr | en | +
Accéder au menu

De cara a la gente. Por Sergio Aguiló

“Nos fuimos perdiendo en el tumulto, se nos fue pegando la avaricia y con ella también la injusticia” (Schwenke y Nilo).

Un grupo de parlamentarios y dirigentes políticos de la Concertación de Partidos por la Democracia nos ha propuesto un debate con su documento “De cara al futuro”. En democracia todo debate es bienvenido, y yo entro a este -con respeto a muchos de los que firman este documento-, con la certeza de que todos los debates le hacen bien a nuestra democracia.

Sin embargo, y como una cuestión previa, estimo un deber ético y político recordarnos y recordar a los firmantes de este documento que la lucha en contra de la dictadura y la conquista de la democracia fue una tarea y un logro del conjunto del pueblo chileno y del conjunto de las fuerzas políticas opositoras a esa sangrienta dictadura. No fue sólo la lucha de quienes conforman la Concertación la que logró el retorno de la democracia en nuestro país. Por ello, me parece inaceptable que el documento “ De cara al futuro” afirme que ” Fue esa alianza (la Concertación) la que derrotó a la dictadura y más tarde hizo prosperar al país, favoreciendo especialmente a los más vulnerables.”

Este documento que nos invita a debatir y a repensar nuestro país puede estar de cara al futuro, pero definitivamente no está de cara a la inmensa mayoría de los habitantes y comunidades de nuestro país. Y no lo está porque omite, silencia, elude y niega un hecho esencial de la realidad social y política de Chile: la Concertación de Partidos por la Democracia hoy tiene el nivel de adhesión más bajo de su historia, un nivel aún más bajo que el del gobierno de derecha que, a su vez, tiene el nivel históricamente más bajo de adhesión ciudadana.

Este nivel tan escaso de adhesión ciudadana a la Concertación tiene una razón fundamental. La inmensa mayoría del país percibe que esta alianza terminó acomodándose – cuando no enamorándose- al modelo económico y social heredado de Pinochet, modelo que generó las profundas desigualdades que Chile sufre y que lo colocan en el concierto internacional como uno de los países más desiguales del mundo.

Como se enamoró de ese modelo generado por la dictadura, la Concertación lo perfeccionó en su propia lógica con un Estado subsidiario, un mercado desregulado, con absoluta relevancia de la iniciativa privada en los más amplios, diversos y significativos ámbitos de la sociedad, y teniendo al lucro como leitmotiv de la conducta humana.

No se me escapa y asumo que fui parte de la Concertación y por ello también soy responsable, pero -con limitaciones, por cierto- manifesté públicamente la complicidad de esta alianza de gobierno con el modelo neoliberal gestado en dictadura; el documento “Chile entre dos derechas” fue expresión de la profunda preocupación que entonces tuve y hoy mantengo.

Algunos podrían afirmar que no es cierto que la Concertación administrara y profundizara el modelo económico de la dictadura, con todas sus consecuencias sociales y culturales. Lamentablemente existen demasiadas pruebas. A saber:

1.- Durante 20 años de gobiernos de la Concertación se crearon más colegios y universidades privadas y con fines de lucro - pero que reciben recursos del Estado- , que durante todos los años de la dictadura. Algunos justamente fueron creados por destacados personeros de la Concertación, otros fueron socios de universidades y sostenedores de establecimientos educacionales privados, con fines de lucro, y con recursos del Estado.

2.- Durante 20 años de gobierno de la Concertación se privatizaron todos los puertos – fundamentales para la economía y el comercio - y todas las empresas sanitarias de Chile que, como sabemos, prestan servicios fundamentales para la población como el agua y el alcantarillado.

3.- Durante 20 años de Concertación no se hizo ninguna reforma estructural al sistema de AFP, ni siquiera los comprometidos en los programas de gobierno como lo eran la creación de una AFP del Estado y el exigir que los dueños de las administradoras compartieran igual suerte que los afiliados cuando los fondos de los trabajadores tuvieran rentabilidad negativa. Por el contrario, altas autoridades de la Concertación fueron cooptadas por estas administradoras e ingresaron a sus directorios mientras los sueldos de los trabajadores eran esquilmados.

4.- Durante 20 años de gobiernos de la Concertación las ISAPRES mantuvieron su característica esencial desde que fueron creadas por la dictadura: afiliar a la personas de altos y medianos ingresos, preferentemente hombres y jóvenes, excluyendo o estableciendo altos costos para las mujeres en edad fértil, para personas con enfermedades preexistentes y para los adultos mayores. Ministros de Estado concertacionistas dejaron sus carteras para ingresar a los directorios de ISAPRES, o trabajar como asesores y gerentes.

5.- Durante 20 años de gobiernos de la Concertación se sindicalizaron y adquirieron derecho a negociación colectiva menos trabajadores que los últimos años de la dictadura militar, años en los cuales reinaba el temor y la represión. Hoy en Chile apenas un 12% de los trabajadores están sindicalizados y ni un 5% de ellos alcanza a estar cubiertos por instrumentos colectivos.

6.- Durante 20 años de gobiernos de la Concertación el país mantuvo básicamente inalterable los niveles de desigualdad en la distribución de los ingresos que heredamos del modelo de los chicago boys y de la dictadura. Hoy Chile sigue perteneciendo al triste ranking de ser 1 de los 10 países más desiguales del mundo, acompañando -entre otros- a Haití y a la República Centroafricana.

7.- Durante 20 años de gobierno de la Concertación, sobre todo, transformamos a la política en una mercancía y así los primeros lobistas de las ISAPRES, AFP, de Hidroaysén, del retail -entre otros- fueron justamente importantes dirigentes de la propia Concertación que dejaban el gobierno para lanzarse a los brazos de los intereses empresariales. Resulta impactante y provocador -por decir lo menos- que algunos de los firmantes del documento “De cara al futuro” sean reconocidos lobistas como lo son Enrique Correa, Eugenio Tironi y Oscar Guillermo Garretón. ¿Será su futuro y el de sus representados (empresas de la salud, de la educación, del comercio, de energía, etc.) el que desean resguardar?.

No es que la Concertación haya hecho poco, no es que lo haya hecho del todo mal; porque en verdad ayudó a salir de su situación de pobreza a miles de familias chilenas. Es que lo que hizo – incluso lo que hizo bien- fue sin apartarse un ápice de lo esencial del modelo neoliberal que construyeron los chicago boys y Pinochet. Como ha dicho el profesor Fernando Atria, la Concertación administró con rostro humano el modelo neoliberal.

Los firmantes del documento, además, nos proponen un conjunto de desafíos, priorizando la lucha por la superación de la desigualdad. ¿Cómo creer en la sinceridad de esta y otras propuestas, cuando entre los firmantes se encuentran los principales defensores de las grandes empresas que se han beneficiado de esta desigual distribución del ingreso?. Por último, los firmantes nos proponen, para enfrentar estas desigualdades, una alianza que parta por descartar un “Frente de Izquierda”.

Soy de los que piensa que el desafío de echar por tierra el modelo neoliberal y construir, desde sus ruinas, una economía y una sociedad más justa, más equitativa y más democrática, supone un esfuerzo tan gigantesco, que requiere aunar fuerzas sociales y políticas muy amplias, que incorporen las diversas organizaciones de la izquierda y del centro. Pero en estos años de transición la Izquierda ha estado dispersa, desarticulada, buena parte de ella excluida, censurada y muchas veces autocensurada. Por lo tanto, la unidad de la izquierda, de la histórica y de la nueva, de la vieja y de la joven, es una condición imprescindible para que la lucha por un futuro más digno y justo para Chile tenga éxito.

Si de verdad los firmantes del documento “De cara al futuro” están pensando y proponiendo para el futuro, es decir, para la vida que vivirán no sólo los empresarios, los dirigentes políticos y las elites económicas, sociales y culturas, sino la inmensa mayoría de hombres y mujeres, trabajadores, profesionales, sectores de clase media, y estudiantes de nuestro país; entonces les propongo que el debate al que han invitado lo hagan con la propia gente, con sus organizaciones, con sus dirigentes y líderes. Un debate donde nosotros los políticos juguemos el rol más de escuchar que el de plantear verdades reveladas, las cuales, por lo demás, hace mucho rato se han develado como ajenas, insuficientes y extrañas a los sueños, esperanzas y legítimas aspiraciones de millones de chilenos y chilenas.

Tal vez así la comunidad nacional diga lo que ha estado gritando en las calles en sus movilizaciones estudiantiles, en las movilizaciones de comunidades completas como en Magallanes, Coyhaique, en Puerto Aysén, en Freirina, en Calama, en Constitución, en Pelequén, en Santiago y en tantos otros lugares; que no es suficiente lo que ustedes le proponen a Chile cuando afirman: “Hay que volver a articular la libertad de elección de cada persona con un “piso” garantizado que proteja a los más vulnerables y mitigue los riesgos y fracasos a que se ven expuestos ciertos grupos sociales y personas.”

Sólo en un diálogo y debate de cara a y con la gente, y donde los distintos sectores y comunidades participen con un rol protagónico, podremos delinear un nuevo proyecto de futuro, sin olvidar nuestro pasado -con sus luces y sombras- haciéndonos cargo del presente de verdad, sin intentar deformarlo.

Sergio Aguiló Melo Diputado (MAIZ)

Talca, 23 de junio de 2012

Compartir este artículo