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Objetos conectados, humanos desempleados

De la utopía digital a la lucha social

Cuarenta y cinco años después de los primeros pasos del hombre sobre la Luna, la carrera tecnológica toma un camino particular: un refrigerador conectado a internet lanza ráfagas de mails indeseables. La digitalización de la vida cotidiana genera un modelo que está lejos de cumplir las promesas de Silicon Valley.

En un “baño bien conectado”, el cepillo de dientes interactivo lanzado este año por la sociedad oral-B (filial del grupo Procter & Gamble) es, sin duda, la estrella: interactúa –sin hilo– con nuestro teléfono celular mientras que, en la pantalla, una aplicación vigila segundo por segundo la ejecución del cepillado e indica los rincones de nuestra cavidad bucal merecedores de mayor atención. ¿Nos hemos lavado los dientes con la suficiente energía, nos hemos pasado el hilo dental, cepillado la lengua, enjuagado por completo?

Pero hay más. Como lo anuncia orgullosamente el sitio que le está dedicado, este cepillo de dientes conectado “convierte las actividades del cepillado en un conjunto de datos que usted puede fijar bajo la forma de gráfico o compartir con profesionales del sector”. Lo que sucederá a continuación con estos datos es todavía tema de debate: ¿tendremos sobre ellos el uso exclusivo? ¿Serán captados por dentistas profesionales o vendidos a compañías de seguro? ¿Se unirán al flujo de la información ya acumulada por Facebook y Google?...

Artículo completo: 239 palabras.

Texto completo en la edición impresa del mes de noviembre 2014
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Evgeny Morozov

Autor de To save everything, click here. Technology, solutionism, and the urge to fix problems that don’t exist, Allen Lane, Londres, 2013. Aparece en francés el 12 de septiembre en ediciones FYP (Limoges) bajo el título Pour tout resoudre, cliquez ici. L’aberration du solutionisme technologique.

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