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Editores de Chile: APOYO AL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL POR EL DERECHO A LA EDUCACIÓN PÚBLICA GARANTIZADA POR EL ESTADO Y DE CALIDAD PARA CHILE

DECLARACIÓN PÚBLICA

Como Asociación de Editores de Chile apoyamos decididamente la causa de los estudiantes de Chile, porque es legítima y justa. Es también la causa de las familias que sueñan un mejor país para sus jóvenes. Es la causa de las históricas universidades públicas de Chile, que tanto han contribuido a la Nación y a su pueblo. Es la causa y apostolado de la maestra y el profesor anónimos en cada rincón de nuestro suelo. Es, en fin, la única causa que nos inspira y mueve hoy a la mayoría de los chilenos.

La lucha de los estudiantes chilenos por una Educación Pública de acceso democrático y no plutocrático, y de calidad garantizados por el Estado, es por lo tanto, también nuestra lucha. Es la lucha por la igualdad de oportunidades para acceder a un mejor futuro, no solo en lo económico. Es la lucha por la construcción de una sociedad de mujeres y hombres libres, ciudadanas y ciudadanos ejercitando el poder que se deriva de un nuevo trato sin exclusiones, basado en la dignidad humana fortalecida por el conocimiento y la sabiduría individual y colectiva.

Como Asociación de Editores de Chile apoyamos esta noble y difícil causa. Queremos con esta voz, nuestra voz, contribuir al debate respetuoso, diverso, sin soberbia y sin imposiciones.

La Asociación de Editores de Chile ha hecho su camino desde el año 2000, luchando y buscando crear las condiciones para un acceso democrático y universal al libro y la lectura, dos de los ingredientes insustituibles en la construcción de la sociedad del conocimiento, sociedad orientada a la sabiduría y la justicia en todas sus dimensiones.

Es por lo anterior que uno de nuestros mayores esfuerzos se ha orientado no solo a una reducción del precio del libro mediante diversos mecanismos, como lo son el precio único y el IVA reducido, sino que, y sobre todo, a fomentar la democratización del libro, el desarrollo y fortalecimiento de librerías y la red pública de bibliotecas, fundamento del acceso universal al libro.

Sin duda, lo que está en juego hoy en Chile, son las bases de una sociedad sin exclusiones, una sociedad inspirada en el conocimiento y construida con los materiales del acceso igualitario a la educación, a la cultura, al conocimiento y al debate de ideas. Y esas bases no pueden seguir fundándose en el actual trato a la educación, la salud, la cultura, como bienes de mercado, porque ese es el fracaso al que hoy asistimos.

En este sentido nos parece de la mayor importancia no manchar y distraer este debate con expresiones destempladas, ofensivas o descalificatorias de quienes esperamos tengan el coraje de poner lo mejor de sí mismos en este central desafío que el país por fin enfrenta, inspirado en la juventud que nos convoca y nos interpela.

Todos tenemos responsabilidades en el cuidado de esta cortesía ciudadana fundamental, donde solo las ideas deben enfrentarse en el “fragor” del debate. Con las personas debemos guardar la mayor de las consideraciones para proteger sus vidas y para proteger sus dignidades.

Nos parece entonces, indispensable solidarizar con las personas que han sido amenazadas en su integridad física o moral, solo por el hecho de sostener con valor sus convicciones. En un país libre esta es una falta inexcusable.

También es una falta inexcusable que funcionarios de gobierno se deslicen por la pendiente sin fin, de expresiones inaceptables en la vida democrática. Nos parece aún más grave y doloroso que una de estas situaciones se haya producido por los dichos de la Secretaria Ejecutiva titular de nuestro Consejo Nacional del Libro y la Lectura.

Como actores fundamentales del mundo del libro, sentimos que es nuestro deber informar de cara a los estudiantes, a la comunidad nacional y en particular a Camila Vallejos, que por este medio solicitamos al Presidente del Consejo Nacional del Libro y la Lectura, Ministro Cruz-Coke, tenga a bien cursar la renuncia de la funcionaria por sus inadmisibles expresiones.

Sabemos que no siendo esta la cuestión central que desafía a nuestro país, será sin embargo una medida que contribuirá a retomar el tono y espíritu que la causa de la Educación Pública nos exige, y a la cual nos debemos como actores del mundo del libro y la cultura, actores privados y servidores públicos.

EL DIRECTORIO DE LA ASOCIACIÓN DE EDITORES DE CHILE

Santiago, 10 de agosto de 2011

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