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Educación para la primera infancia. Entrevista a Carolina Aroca por Alexander Hopkinson Pérez

“Hay una presión muy grande en cuanto a que los niños tienen que ser exitosos” Carolina Aroca, se refiere a la educación inicial para la primera infancia, entregando luces del camino que se debería seguir para transformar al arte en eje central de los procesos de aprendizaje.

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Durante toda su trayectoria profesional y sobre todo académica, Carolina Aroca, Educadora de Párvulos. Licenciada en Educación, Magíster en Arte con mención en Patrimonio y Doctora en Políticas y Gestión Educativa por la Universidad de Playa Ancha, se ha concentrado fundamentalmente en los lenguajes artísticos y en las artes visuales para la primera infancia como un elemento transdisciplinario que no sólo permite mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje, sino cambiar o romper la forma tradicional y estereotipada que tienen los niños y niñas de entender y explorar el mundo.

“Yo partí hace muchos años, más de 15, haciendo las asignaturas de plásticas en diversas universidades de la V Región, porque una de las grandes falencias de los académicos que le hacían clases a las educadoras de párvulos, era que la gran mayoría, eran o son, profesores de Artes Plásticas, entonces lo que sucede es que los licenciados en Arte son fundamentalmente artistas, teniendo una base my fuerte en lo disciplinario pero no así en lo pedagógico y tienden a replicar lo que a ellos les enseñaron otros licenciados en Artes”.

¿No sirve entonces que enseñen Arte los artistas?

A los niños les enseñan muchas veces técnicas. La técnica del glaseado o la de frotar, en el mejor de los casos, porque en la mayoría usan plantillas, es decir, estereotipos de objetos. Todavía, después de 40 años siguen trabajando con los mismos modelos estereotipados que no son reales, entonces al no ser reales, el niño(a) no construye sus propias imágenes mentales. Ahí podemos entrar a una cosa más de arte entonces, ya que este diagnóstico en donde son los artistas los que enseñan arte: a pintar, a dibujar a partir de un punto, a hacer líneas; no hay un desarrollo de la sensibilidad estética, de la observación ni de la apreciación que le permita a futuro crear.

En el fondo los niños son intrínsecamente creativos y tienen un pensamiento globalizado - que yo apelo a seguir desarrollando - , ya que no tienen un pensamiento parcelado. Cuando ellos miran un objeto ven lo general y después lo particular, entonces dicen: “¡Oh que lindo el caracol! Tiene cachitos y en el cachito y un ojo”. Cuando ellos representan eso, lo hacen desde lo que vieron y comprendieron de ese objeto. Además, en el dibujo por ejemplo, ellos saben mucho más de lo que su capacidad gráfica les permite mostrar.

¿Cómo hay que hacerlo entonces?

Los sentidos están a la base de los aprendizajes, es decir, cuando tu naces interactúas con el mundo y te relacionas naturalmente con la luz, los colores, las formas, las texturas… no sabes que un color es rojo, porque eres una guagua, pero cuando viene la palabra o el padre le dice: “mira que linda tu mochila roja”, eso empieza a ser asimilado para que cuando venga la explosión del lenguaje el niño diga la mochila roja y tú como papá te quedas muy contento porque dices: “¡Uy! está aprendiendo a hablar”, pero ese registro estuvo mucho antes en la observación y en la percepción. Aquí es exactamente lo mismo, los aprendizajes se producen en la interacción con el medio, por lo tanto, uno lo que tiene que favorecer aquí es que la exploración y la experimentación estén siempre presentes y uno (docente) vaya cautelando y mediando -ahí viene el tema de la mediación y el tema pedagógico- , que haya una intencionalidad y una comunicación entre el mediador y el que es mediado. La idea es que sea significativo, que trascienda y que pueda aplicar. Esos son los tres principios básicos de esta interacción profesor-estudiante.

¿Quiénes están haciendo las cosas bien en Chile a propósito de la educación Waldorf y Montessori?

A mí me parece que son modalidades curriculares distintas, todas tienen sus fortalezas y debilidades. En lo particular, por mi formación, no me acomoda ningún modelo ni ningún método, porque efectivamente para mí la creatividad tiene que ver con que organices tu propio modelo o método de enseñanza, más allá de que en definitiva tenga los métodos curriculares que tiene que tener o que haya una intencionalidad en los aprendizajes esperados.

La metodología fundamentalmente tiene que ver con la manera de enseñar para que el niño aprenda y en ese sentido, lo más importante es el aprendizaje y no la enseñanza. Por eso, yo tengo mis reparos, pero en el fondo Montessori de creativo no tiene nada, todo el mundo dice que es muy creativo pero en el fondo si revisas el método a cabalidad no lo es, porque Montessori primero fue creado en una época necesaria para su contexto social y para la realidad de los niños(as) que vivían en Italia después de la II Guerra, donde habían muchos huérfanos y Montessori era una doctora que trabajaba con estos niños, que tenían necesidades educativas especiales o estaban discapacitados, y ella creó materiales que son en sí mismos espectaculares, están muy bien graduados científicamente, muy bien hechos para muchas cosas, pero cuando tu le pones el nombre de método o de modelo a mí me hace ruido.

Los modelos son creados a partir de los contextos y no pueden permanecer eternamente, tienen que evolucionar, porque las personas evolucionamos y porque el mundo evoluciona. Montessori tiene una estructura de cómo se enseña, o sea, tiene la lección de los 3 tiempos, donde el que primero muestra es el profesor, el niño no experimenta nada, no trabaja nada, lo que pasa es que se establecen de pronto algunas modas y yo te diría que si favorece mucho la autonomía de los niños, la capacidad de elección, ya que posee un material estupendo para trabajar todo el inicio lógico-matemático, pero si tú me dices que permite al niño explorar…

¿Y con Waldorf?

Con Waldorff también tengo mi recelo porque creo que uno no sólo se tiene que quedar con las formas sino que con el fondo. El Waldorf fue creado en Alemania por Rudolf Stainer y podría profundizar en eso también, pero tiene que ver con posturas y paradigmas. Yo diría que es un modelo que responde a una sociedad como la alemana y por lo tanto cuando uno trae eso importa muchas cosas que no tienen nada que ver con el contexto o la pertinencia cultural de los lugares. En Waldorf por ejemplo, vas a algunos jardines y les hacen coronitas de flores y de hojas, porque efectivamente la base de la fantasía tiene que ver con gnomos, con hadas y con parte de la literatura tradicional nórdica. O sea, hablar de dragones y castillos es parte de su cultura, pero nosotros no tenemos nada que ver con eso. En el fondo tiene que ver con condicionamientos operantes, yo en eso soy súper crítica, porque si tú dices que los niños(as) tienen que ser autónomos, yo tengo que generar los mecanismos a partir de las cuales las estrategias que ellos elijan, sin que yo le diga que eso tiene un castigo. Entonces no es tan fácil porque el método te ordena y te establece esta secuencia didáctica de lo que tienes que hacer y se hacen todos los días los mismos rituales, más menos las mismas horas y para mí la vida no es así.

¿Si no podemos importar modelos que hacemos?

Mira… no tengo la respuesta. Yo la verdad llevo muchos años en esto y para mi es una cruzada. Yo siempre digo que tengo que evangelizar y sigo trabajando en esto. Yo encuentro que es muy grande la presión social en cuanto a que los niños(as) tienen que ser exitosos y por lo tanto, Lenguaje y Matemáticas, hasta en los colegios más progresistas, siguen estando muy presentes y desvinculados de las artes. Entonces, decir quiénes están haciendo las cosas bien… Yo creo que varios estamos intentando que las cosas se hagan bien en las universidades o en ciertas instituciones, yo creo que eso efectivamente se está intentando. Desde el Consejo de la Cultura también. El tema para mí tiene que ver con los énfasis contradictorios de los mismos planes y programas de las bases curriculares, si te fijas en las horas que les dan a Música y Arte en el programa educacional… o sea, es sumar. Entonces la política pública tampoco te ayuda porque le da prioridad a otras cosas. Le sacan horas a Arte, ahora con la nueva reforma le va a devolver esas horas, pero tampoco es suficiente. Por otro lado, esta situación hace que las educadoras - yo puedo dar fe de eso - se sienten muy presionadas sobre todo cuando están en kínder o en transición más bien, cuando van a pasar a primero, porque los niños(as) tienen que saber prácticamente – ahora con esta cosa exitista y academicista incluso en los jardines – leer y escribir, por lo tanto se centran mucho en eso y poco en la expresión artística, la que se reduce al dibujo y en el mejor de los casos a la pintura, porque los argumentos son que se ensucia el piso, la mesa, se mancha la ropa, o sea, es lamentable que en lugares incluso acomodados, la gente te diga que no.

¿Qué pasa con los libros, con los contenidos?

Yo sé que me gano muchos adversarios con esto, pero si tú ves algunos de los libros de texto del ministerio te vas a encontrar con que están plagados de estereotipos. El sol con los palitos, las nubes redondas y blancas, te vas a encontrar con el pasto siempre verde, la tierra siempre café y las ramas siempre verdes. Efectivamente, el 90% de la naturaleza puede ser así, pero resulta que los ciruelos tienen hojas rojas, que los álamos tienen los troncos blancos y esos estereotipos te los enseñan desde que eres tan pequeño… yo por eso les digo a mis estudiantes, no se le dice nada a los niños, uno va con ellos se les acompaña y se les pregunta qué colores ves tú. Qué formas. Qué sientes tú. Y ahí uno le dice que es áspero, por ejemplo, y estás trabajando un contenido de la textura. Cómo siente esta hoja, por ejemplo, y él te contesta, suave. Y eso después lo va a dibujar agregando esos elementos. Entonces en el fondo, en la interacción con los objetos él va ir construyendo esos esquemas, esos modelos, y esos son después los que representa.

Y ahí viene el otro punto, que es que a través del arte puedes integrar contenidos con todas las demás asignaturas, que esa es mi otra cruzada y mi otro método, porque yo siempre dentro de la didáctica trabajo con un enfoque integrado, más que interdisciplinario, estoy apelando a la transdisciplinariedad, que es mucho más difícil, pero que en el arte o a través de los lenguajes artísticos puedes lograr ampliar las formas de pensamiento y eso es lo más complejo.

¿De qué se trata esto?

Puede ser que como yo tuve una formación artística primero, o que era más sensible al tema del arte, siempre me resultó muy fácil entenderlo, pero después cuando lo explico me doy cuenta que no es así para los demás. Pero la transdisciplinariedad la puedes lograr en una obra de teatro, porque no están separadas de las demás asignaturas, sino que están todas absolutamente mezcladas y juntas, donde sin una no te funciona la otra, es sistémico. Pero esto que parece ser simple, en la práctica es súper difícil, porque la gente tiende a verlo parcelado y esto pasa también con el patrimonio, por ejemplo.

En el fondo los niños tienen un desarrollo científico, matemático, creativo, porque son creativos en sí mismos, lo que pasa es que cuando ya le empiezan a enseñar estos métodos o los empiezan a estructurar, se pierden, pero la ciencia está muy cercana al arte. De hecho, hay muchos físicos y matemáticos que son al mismo tiempo artistas, porque se permite el desarrollo de la divergencia con la convergencia, entonces son formas de pensar que al ser tan abstractas te permite jugar también con otros elementos de otros lenguajes y eso es súper interesante.

¿Qué es el Reggio Emilia?

El Reggio Emilia es una región de Italia, al norte, que trabaja la educación de manera transdisciplinaria a través del arte y trabajan mucho con talleristas. Ahora, es importante señalar que esto surge en los jardines municipales de esa región, no es toda Italia, porque tienes también los jardines Nido y Bambini que funcionan como cualquier otro y pueden tener currículos incluso más terribles. Lo que pasa es que ahí hubo también, como ocurrió con Montessori en su momento, un hombre en los años 50, por ahí, Loris Malaguzzi, que empezó a preocuparse también por los niños huérfanos o vulnerables y generó esta metodología que es a través del arte, que está muy institucionalizada, que es muy conocida y que está declarada dentro de las 10 mejores prácticas en el mundo en educación. Va mucha gente a hacer pasantías. Ellos ofrecen todos los años talleres y cursos y se ha transformado también en un ejemplo mundial. A mí me gusta mucho Reggio Emilia también, pero tiene su estructura.

Se trabaja en base a proyectos que es la metodología que más me atrae porque hay varios métodos globalizadores, pero éste responde en primer lugar a una necesidad de los propios niños, entonces ahí ya partimos distinto. El 2011 hice un estudio comparado entre las bases curriculares chilenas con Reggio Emilia y si era factible aplicar ese método en Chile, teóricamente, porque yo no he ido, pero sí a través de mucha documentación. Entonces ahí te das cuenta que en Italia tienes regiones ricas y pobres, esta es una región rica de Italia, donde el PIB es súper alto y está establecido que todos los jardines municipales tengan esta metodología que no se aplica ni en básica ni en adelante. Este proyecto se basa en entender que los niños(as) tienen muchos lenguajes - Malaguzzi habla de los 100 lenguajes de los niños - y que por lo tanto a través del arte se aprende ciencias, lenguaje, matemáticas, etc. Aquí hay una pedagogía crítica de base que tiene que ver con transformar la realidad y ahí nos metemos en un ámbito distinto que tiene que ver con los currículos y las teorías curriculares en fondo que en general se reconocen como distintas racionalidades: la práctica, la técnica y la crítica. Y esta última tiene que ver con un agente más emancipador y de cambio, entonces el profesor ya viene con una postura que tiene que ver con cuestionar la realidad y cuestionarlo todo, entonces no van a ser personas que van a percibir los planes y programas porque sí, sino lo contrario. Además, estos jardines infantiles tienen otro nivel de infraestructura y de materiales y todo eso lo entrega el Estado a través de la municipalidad, entonces las personas no lo pagan, por lo que es una realidad sideralmente distinta a la nuestra.

¿Se ha podido aplicar en Chile?

Yo sé que hay unas educadoras de Junji que fueron y que están implementando unos jardines infantiles a la manera de Reggio Emilia, pero sin los mismos recursos. También lo trabajan técnicos con personas más especializadas en arte junto a una educadora por jardín. Son jardines ubicados en sectores muy vulnerables y trabajan con artistas, porque Reggio Emilia trabaja con un tallerista, que es un artista y les enseña la técnica como corresponde. Pero es difícil de implementar porque la cultura italiana desde sus orígenes tiene el arte en las venas. El Renacimiento partió en Italia, en el 1300, 100 años antes que en el resto de Europa. Entonces, cuando vas y tienes políticas culturales, leyes culturales, de protección del patrimonio, la cultura y el arte está en todo... hasta los textos tienen imágenes de pinturas, es decir, todo es muy estético, mientras que nosotros, lamentablemente, no cuidamos nuestro patrimonio.

En cuanto a los materiales para la primera infancia, qué hay o qué me puedes decir… Yo hice un libro sobre la puesta en valor de la historia del arte chileno, porque de la historia del arte chileno para niños no hay nada. Yo que he trabajado toda mi vida en arte, todo lo que tú encuentras, el 90%, son para niños de 6 años para arriba, pero para niños de dos años o sala cuna, no hay nada. Y hay gente que dice: “que le voy a enseñar yo a un niño de dos años si no toma el lápiz ni el pincel”… porque está la pre-concepción de que tiene que pintar y dibujar. Lo que hago en esos casos es decirles que tienen que trabajar todo el tema perceptivo, de observación y trabajar mucho la exploración, porque ahí se van a sentar las bases de todo lo que va a venir después. Entonces, yo he trabajado bastante el tema de 0 a 3 años porque realmente no hay nada. Es como si los niños(as) recién empezaran a despertar a los tres años, pero para las guaguas no existe nada.

Por eso te decía que es un gran tema que da para un montón, porque es absolutamente urgente que se haga algo. Yo tengo que hacer que mis estudiantes se den cuenta que tienen que aprender a observar, porque no le pueden decir a los niños(as) que el cielo es celeste y que el sol es amarillo. Yo tengo que hacer que se den cuenta que la única manera no es decirlo, es que lo tengan que ver y lo van a ver dibujándolo o pintándolo, porque finalmente lo ven todos los días, pero no se dan cuenta. Los niños tienen que observar, manipular y jugar mucho.

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