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El guante está tirado. Por José Lizana

En los Juegos Suramericanos Santiago 2014, hubo reconocimientos en el Estadio Nacional para Marlene Ahrens, Nicolás Massú e Iván Zamorano, pero no hubo mención para el boxeador Ricardo Araneda, campeón de esa misma competencia en 1990, 1994 y 1998.

¿Simplemente mala memoria?

Ese mismo año falleció en el más profundo de los silencios el ex boxeador Julio Gómez Vásquez. El excelente púgil fue campeón nacional amateur 1972 y como profesional fue campeón de Chile de peso welter en 1975. Realizó más de una veintena de peleas en Estados Unidos. Dentro de sus títulos más resonantes destacaron los “Guantes de Oro” en Chile y el “Cinturón de Diamantes”, que consiguió en la tierra del Tío Sam. También hubo poca difusión en la hora del adiós de un grande del deporte de los puños.

En julio de 2008, el Estadio Nacional se rebautizó como Julio Martínez Pradanos. Lamentablemente, la idea se gestó tras el deceso de Jotaeme en enero del mismo año. ¿No le parece una distinción algo tardía? ¿Se pudo hacer algo antes? Sí. El Estadio San Carlos de Apoquindo tiene una tribuna con el nombre de Sergio Livingstone Pollhammer, no obstante el “Sapito” merecía un mejor homenaje de parte de la institución cruzada. A pesar de la reciente implementación de un museo, la UC innegablemente sigue teniendo una deuda con su historia.

El court central de tenis del Estadio Nacional esperó hasta 2015 para ser bautizado como Anita Lizana de Ellis. ¿Y cuándo será el gran homenaje o se erigirá una estatua para Marcelo Ríos, Nicolás Massú y Fernando González? ¿Se acuerda que durante el mes de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, las estaciones del metro Oval y London Bridge de esa ciudad se llamaron Nicolás Massú y Fernando González?

Los reconocimientos a veces vienen de afuera. En 2013, la ATP celebró los 40 años de la creación del ranking mundial y Marcelo Ríos fue protagonista de la gala en Nueva York, donde desfilaron leyendas de la talla de Ivan Lendl, Rafael Nadal, Novak Djokovic y John McEnroe, entre otros. Un chileno en la elite del tenis mundial y el mismísimo Roger Federer subiendo una foto a su twitter al lado del “Chino”.

¿Y sabía que Elías Figueroa fue nombrado embajador de la sede de Porto Alegre –el único extranjero– para el Mundial de 2014? Asimismo, el 7 de abril de ese año, el Inter de Porto Alegre inauguró el remozado estadio mundialista Beira Río con un homenaje al ex defensa chileno, a quién le recordó el histórico "gol iluminado" de 1975. Es cierto, el estadio de Playa Ancha lleva el nombre del ex zaguero central, pero todavía faltan los grandes honores para quien es considerado como uno de los mejores defensas de todos los tiempos.

El 19 de noviembre de 2015, la patinadora María José Moya se consagró campeona mundial en la prueba de 100 metros de modalidad carril en Taiwán, mismo día del centenario del natalicio de la anteriormente mencionada tenista Anita Lizana. ¿Esa fecha no era la idónea para establecerla como el “día del deporte femenino en Chile?

A propósito del retiro y de las recientes actuaciones de Cristián Valenzuela en el Mundial de atletismo paralímpico de Londres, las autoridades de la comuna de Conchalí podrían aprovechar a este gran referente como un formador de nuevos talentos. Es ideal que nuestras grandes luminarias atléticas pudiesen traspasar sus experiencias, conocimientos y legado a las nuevas generaciones del deporte en cada uno de sus lugares de origen. No es descabellado pensar en escuela de tenis del “Bombardero” González en La Reina, de boxeo de la “Crespa” Rodríguez en Puente Alto, de motociclismo de “Chaleco” López en Teno, de fútbol de Arturo Vidal en San Joaquín, de lanzamiento de la bala de Natalia Duco en San Felipe, de tiro con arco de Denisse Van Lamoen en Arica y de fútbol del “Niño Maravilla” en Tocopilla. El guante está tirado.

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