Filipinas: Rodrigo Duterte, más allá de la guerra contra la droga

El año 2016 fue marcado por la elección en Filipinas del presidente Rodrigo Duterte. Su programa de lucha contra los estupefacientes y la criminalidad captó la atención de los medios internacionales en virtud de los miles de muertos que provoca. Pero tiende a ocultar las numerosas reformas sociales, económicas y políticas que el nuevo hombre fuerte de Manila quiere poner en marcha.

Elegido ante todo sobre la base de un programa de lucha contra la inseguridad y la corrupción, el presidente Rodrigo Duterte se lanzó en una guerra antidrogas de una intensidad inédita en las Filipinas. Bautizada “Double Barrel” (“doble cañón”), esta campaña dio por resultado, entre el 1º de julio de 2016 y enero de 2017, la muerte de más de 7000 personas (y 35 policías). Según la policía nacional, cerca de 3000 de ellas habrían estado implicadas en asuntos de drogas y fallecieron durante operaciones policiales. Las otras, o sea 4049 personas, habrían sido víctimas de ejecuciones sumarias llevadas a cabo por grupos de “vigilantes” formados por expolicías y exmilitares, hasta exrebeldes comunistas y musulmanes. Durante este mismo período, las fuerzas del orden llevaron a cabo 40.182 operaciones, detuvieron a 44.070 personas y visitaron más de 6 millones de hogares. Por último, un millón seiscientas mil personas se rindieron “voluntariamente” a las autoridades locales, entre ellas 940.000 consumidores y 75.000 dealers...