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Infracción de ley infanto adolescente: sobre la condición social del fenómeno. Por Marco Antonio Silva

Las experiencias tempranas de infracción de ley, van configurando estilos adaptativos y de respuesta a la relación que se juega en el dialogo entre expectativas v/s nivel de logro. Esta dinámica se explica en directa relación con la generación de satisfactores inmediatos en la vida de los niños y niñas que se desarrollan desde las prácticas delictivas como experiencias de socialización, adaptación o como trayectoria vital de sus existencias.

Resulta fundamental comprender y situarse en el marco de producción de dicho fenómeno, entendiendo que la matriz cultural de nuestro modelo societal ha insistido en agudizar dinámicas culturales y de valoración social en donde la medida del éxito de las existencias de los individuos y grupos sociales, está directamente determinado en el imaginario social por los niveles de logro en el juego de las mercancías y los servicios que fluyen desde todos los dispositivos de control y reproducción del modelo económico y cultural.

La desadaptación y los procesos de inadaptación social de los jóvenes portadores de prácticas contranormativas se explican en gran medida como respuesta a los procesos de segregación y exclusión social, y a la respuesta “desadaptativa” con que estos actores asumen el vértigo y la identificación con los riesgos dinámicos que sostienen sus prácticas. Se entiende los riesgos dinámicos (Andrews y Bonta 2007) como aquellos que sostienen y explican la actividad delictiva, en términos narrativos, se podrían comprender como aquellos riesgos que otorgan sentido al delito en la vida de los jóvenes.

El consumo y la “percha” (ropa) como dispositivos de un imaginario identitario, emergen en función de la evidencia teórica y empírica como riesgos dinámicos en sí mismos. Desde esta matriz de análisis se desprende entonces que las necesidades criminógenas que determinan las prácticas delictivas de los jóvenes infractores de ley, tienen un correlato social explícito y directo, el que se explica por la brecha que existe en la cristalización de los niveles de logro demandados desde diferentes plataformas sociales, económicas y comunicacionales de nuestro mundo social y la generación de expectativas específicas de consumo de bines y servicios como garantes de la construcción de una identidad mediatizada por las mercancías y los accesos a estos servicios.

La delincuencia infanto adolescente emerge como un camino desadaptado y/o inadaptado para desarrollar formas del ser mediatizadas por el consumo y en donde la vía para la adquisición de estos, está en tensión con la ley y el orden pro-social. La delincuencia es una producción social en tanto los modos de vida y las trayectorias de estos jóvenes están delimitados por dos campos en dialogo codetermiante. Por una parte sus historias de vida y las características de los estilos de funcionamiento y en segundo orden por los modos de producción de mercancías (logro) y sobrevivencia desde la que se sitúan estos actores en el entramado social.

Una intervención que busque pertinencia, especialización y construcción de sentidos, debe incorporar de manera perentoria para la adecuada intervención del fenómeno, una matriz de análisis e intervención que ponga el foco de manera complementaria en los estilos y trayectorias de funcionamiento (MMIDDA-UFRO) de estos jóvenes y de manera complementaria se haga cargo de irritar los sistemas de valores sobre los que se construye el discurso y la práctica de la alteridad societal en el país.

Marco Antonio Silva Cornejo

Mg. Ciencias Sociales Aplicadas © Mg Psicología Comunitaria. UFRO

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