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La reforma laboral, un dispositivo para consolidar el Plan Laboral de Pinochet y profundizar el trabajo precario. (1) Por Florencio Pardo Montenegro (2)

La Nueva Mayoría, como cuarto eje de su programa, prometió una gran reforma laboral que vendría en terminar con las injusticias acometidas por las patronales hacia los trabajadores. En boca de sus promotores, la reforma laboral vendría a emparejar la cancha. Es así que los anuncios previos fueron tan rimbombantes, que hacen recordar a Ricardo Lagos y su nueva Constitución Política, que no era más que la misma Constitución de Pinochet, pero maquillada por algunas reformas. Con la reforma de Bachelet, pasó algo similar, se utilizó el mismo libreto, es decir, se alardeó de poner fin al Plan Laboral, pero lo que se propuso y lo que finalmente se aprobó por el parlamento fue una reforma laboral neoliberal, que por el contrario a lo prometido, profundiza el plan laboral de Pinochet y avanza en la consolidación del trabajo precario. A continuación, se procede a mencionar las mayores críticas que merece la Reforma Laboral de la Nueva Mayoría:

1° La reforma laboral, No elimina la invención pinochetista, de “los grupos negociadores”, es decir, de trabajadores no agrupados en sindicatos con capacidad para negociar colectivamente, ya que solo restringe su actuación cuando existe sindicato en la empresa.

2° Aumenta el quórum para la constitución de sindicatos en las pymes, pasando de 8 trabajadores al 50% de los trabajadores de la empresa si son menos de 50.

3° Para poder negociar colectivamente el sindicato debe mantener el quorum inicial de constitución, lo que alentará los despidos de trabajadores sindicalizados, para impedir la negociación.

4° Permite los llamados “pactos de adaptabilidad” sobre condiciones especiales de trabajo; lo que trae aparejada mayor precariedad laboral, puesto que permite que se negocie por las partes la distribución de la jornada y descansos, con establecimientos de bolsas de horas extraordinarias, tiempos destinados a la preparación del trabajo y jornada pasiva. Así se podría renunciar a los límites de la duración de la jornada de trabajo diaria, semanal, de la jornada extraordinaria u horas extras, a los descansos diarios, semanales y anuales etc. Es decir, se acaba la 8 jornada diaria continuada, por lo que se podrá habilitar una jornada laboral diaria en dos bloques, por ejemplo una por la mañana y otra por la tarde en horarios full o pick.

5° La reforma laboral va más allá del Plan Laboral y restringe aún más el derecho humano a huelga, es así que; Admite el reemplazo interno de trabajadores, bajo el supuesto respeto a la liberad de trabajo de los no huelguistas.

6° Establece el descuelgue individual en cualquier momento de la negociación por desafiliación al sindicato del trabajador y en las Pymes a partir del sexto día sin necesidad de desafiliación.

7°Establece el deber del sindicato de proporcionar al empleador los servicios mínimos universales, con equipos de emergencia conformados por los propios trabajadores huelguistas. Exigiéndolo en términos más amplios que el Plan Laboral de Pinochet, impidiendo la paralización efectiva de actividades de la empresa como derecho humano, histórico y legitimo para poder negociar colectivamente.

8° No otorga negociación colectiva interempresa o por rama, como se ha querido hacer ver, puesto que solo reconoce que los sindicatos imterempresa puedan negociar con el empleador de la empresa donde laboren socios de su sindicato.

9° Mantiene el despido libre o por necesidades de la empresa del artículo 161 del Código del Trabajo,

10° No elimina el subcontrato ni el suministro de trabajadores.

11° Impide aún la negociación interempresa o mas allá de la empresa, puesto que continua supeditada a la voluntad de los empleadores convocados.

Todo lo que dificulta e impide aún más el ejercicio efectivo de los derechos humanos de libertad sindical, negociación colectiva y de huelga, garantizados inclusive en Convenios Internacionales de la OIT suscritos y ratificados por Chile. Es así que la reforma laboral pretende barrer con los pocos derechos colectivos que mantenían los trabajadores, ya que se han convertido en trabas para el avance del neoliberalismo, puesto que se busca imponer el modelo de trabajo precario, es decir, instalar un trabajo subordinado inseguro, transitorio o de corto tiempo, inestable, multi o polifuncional, no calificado, desregulado en cuanto a la protección del trabajador, con tendencia al subcontrato, de bajo salario y regresivo, en virtud de querer a volver a igualar a las partes, con una visión civilista (desde el derecho civil), ante una desigualdad entre trabajador y empleador evidente y abismante.

Así las cosas, la Reforma Laboral de la Nueva Mayoría, resulta un útil dispositivo para consolidar el plan laboral de Pinochet y profundizar el trabajo precario. Ahora bien, respecto al descontento que generará en la población, este se ira resolviendo con el Código Penal en las manos, puesto que la “agenda anti delincuencia”[3] y su haz de nuevos delitos y el aumentos de las penas en los actuales, es puro control social contra los sospechosos de siempre, es decir, con los que visten el uniforme de delincuente; los nuevos pobres, es decir, trabajadores precarizados, los disidentes activos y los jóvenes de barrios populares.

[1] Opinión construida en base a largas y fraternas discusiones con militantes sindicales de la Unión Clasista de Trabajadores.

[2] Abogado, estudiante de Doctorado en Derecho Penal U. de Buenos Aires, Magister y Diplomado en Derecho Penal U. de Chile. Profesor de Derecho Laboral U. Arcis.

[3] Más respecto de la Agenda anti delincuencia http://www.lemondediplomatique.cl/La-agenda-antidelincuencia-un.html

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