Partiendo de la idea que la ciudadanía no solamente es objeto de políticas públicas sino también sujeto de ellas, es que su opinión, proposición a la resolución y ejecución resulta ser una cuestión primordial, más allá de la acción y el discurso de autoridades políticas y económicas de un país democrático, como se reconoce el nuestro.
Desde luego, cuando no es tomada en cuenta, la voz ciudadana busca las formas de hacerse oír. En esa línea está el proyecto “Levantando Ciudadanía: Fortalecimiento del Trabajo en Red, Monitoreo y Construcción Participativa de una Agenda Ciudadana Post Terremoto”, un trabajo en red que propone una agenda ciudadana, con énfasis en la focalización de los ámbitos de empleo, hábitat/medioambiente y comunicaciones, áreas críticas identificadas en diagnósticos de organizaciones de la sociedad civil a poco tiempo de la catástrofe y que se mantienen en el tiempo, como demandas de la comunidad.
Esta iniciativa responde a la falta de modelos de participación, toda vez que no se han considerado las iniciativas ciudadanas, en el contexto del proceso de reconstrucción, que constituye una oportunidad para generar y/o fortalecer liderazgos ciudadanos, instalar nuevos mecanismos políticos y reflexionar sobre el modelo de desarrollo y fortalecer la democracia.
Las protestas de cientos de pobladores y pobladoras, víctimas del terremoto y maremoto, con cansancio acumulado de esperar solución a su precaria situación, con muchas mujeres, dirigentes de sus comunidades, vienen a decirnos la forma en que se transformaron en agente de cambio en situaciones de desastres, como fue el terremoto del 27F.
Son más de un centenar de mujeres movilizadas, desde el primer momento, para ayudar a las víctimas, tanto como ellas mismas y fortalecer las articulaciones y redes por el proceso de reconstrucción que, aún no termina, como ellas demostraron en la comuna de Dichato, donde se evidenció la precariedad, lentitud y falta de participación social en las políticas de reconstrucción, mostrando que ningún movimiento social puede quedar afuera del conflicto que les aflije
Mujeres dirigentas al interior de campamentos, aldeas y organizaciones regionales ponen en discusión la necesidad del nuevo trato entre el Estado y la ciudadanía, los nuevos compromisos para evitar la perpetuación de las desigualdades en todos los ámbitos de la vida social y la urgencia del diálogo democrático, de vigilancia y protagonismo de mujeres y movimientos sociales. Esta es la democracia que queremos.
15 de Agosto, 2011
Silvia Fernández, Investigadora Equipo Laboral de CENDA
Publicado en: http://www.observatoriogeneroyliderazgo.cl/blog
