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Loncoche; la promesa embrionaria de una gobernanza que enciende esperanzas en el campo de la política comunal. Por Marco Silva Cornejo

A los Amigos de los Cabildos Culturales
y su tenaz e incansable trabajo por la cultura en Loncoche.

En Loncoche la gobernanza es una forma de organización en desarrollo con perspectiva de asentar domicilio. Más de 12 años de liberales promesas solo acumularon la experiencia de la desilusión y el descontento. La comunidad organizada de manera reticular pero sostenida comprende que la lucha por el poder determina las formas que toman las diferentes políticas públicas y por tanto el devenir de sus existencias. Por tanto dinamiza sus organizaciones en función de las luchas y espacios que se ha decidido a defender; Calbildanos culturales, club de pesca y caza, kayaquistas amigos del cruces, Ballet folclórico, listado al que le siguen un sinfín de grupos musicales, muralistas entre otros. Todos y todas se organizan para construir al margen la institucionalidad municipal y con un poder autogestionado desde las propias organizaciones locales una diversa, compleja y estratégica red de nodos orientados al servicio del bien común y en activa y vigilante defensa de los intereses del territorio y la comunidad.

Así convergen en función de la rotación de los días y la traslación del tiempo las nuevas formas de resistencia democrática y activismo comunitario. Los loncochenches se organizan desde el desarrollo de sus expresiones artísticas y comunitarias para defender el Río Cruces. Como el multicolor relato de la rebeldía organizada que se niega a entregar el patrimonio de la identidad de un pueblo al abandono del olvido por parte de las autoridades y al uso abusivo de caudal por parte de forestales transnacionalizadas. Un efecto interesante de la comprensión del campo en Bourdieu, donde el territorio material e inmaterial se funden como un capital patrimonial para la identidad de un territorio o de una comunidad.

Estas formas de organización comunitaria, que no establecen clientelismo con el poder instituido del municipio han venido desarrollándose como expresiones particulares, sin embargo en el reciente “Primer Festival del Rio Cruces” se observa una dinámica interesante en el estilo de gobernanza desplegado, pues son todas las organizaciones de la periferia institucional las que logran convocar a la comunidad para la defensa estratégica de una Rio que representa un elemento organizador de la identidad, es el río el principal testigo y testimonio del devenir de los días en este espacio llamado Loncoche y son los habitantes de su ribera, los se organizan para su defensa.

La convergencia, entendida como acción de poder (Foucault) al servicio de las luchas de las comunidades y sus organizaciones, es sin duda un salto en la madurez del desarrollo de la acumulación y correlación de fuerzas. Resulta un desafío para el activo conseguido en materia política, el lograr sostener el ejercicio participativo y democrático, festivo y patrimonial con el que se ha convocado a una parte importante de la comunidad y proyectar este en una plataforma de trabajo al servicio de un proyecto de gobernabilidad que garantice la incidencia en el espacio de las políticas públicas, esto es asumir una vocación participativa y democrática del ejercicio del poder, haciendo explícita la necesidad que existe de producir la alternancia y constituirse en alternativa real de gobierno desde experiencias como las que se han venido madurando.

Entretanto en Loncoche las fuerzas comunitarias y sociales se organizan para defender el olvido y la desidia. En Santiago los herederos de la oficialidad golpista y criminal, no dudan en reivindicar el nombre del criminal Krassnoff en un acto que solo explicita el descaro impune y complaciente con el que la derecha chilena sigue coqueteándole a la tropa Golpista.-

Marco Silva Cornejo
Mg en Ciencias Sociales UFRO

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