Macron, el candidato de los medios

El éxito de un candidato que hasta hace tres años era desconocido para el público no sólo se explica por la descomposición del sistema político francés. Promotor de viejas ideas social-liberales, que le valieron al presidente François Hollande récords de impopularidad, Emmanuel Macron encontró un sólido apoyo en los medios de comunicación.

Dos semanas antes de la primera vuelta de la elección presidencial, en abril, Emmanuel Macron, 39 años, sale junto con su esposa de una librería del boulevard Saint-Germain abierta hasta tarde. Se cruzan con estudiantes que están pegando carteles del líder del movimiento ¡En marcha! La conversación comienza con la lamentada ausencia del candidato del cuartel general de los militantes parisinos del movimiento, y deriva en el afiche oficial de la campaña. A Brigitte Macron no le agrada. No se parece a su joven esposo, estima. Macron explica las razones: en la foto lo han envejecido; le agregaron arrugas debajo de los ojos para que transmitiera mejor una actitud presidencial.

Al igual que esta fotografía, ¿no fue la propia candidatura de Macron moldeada por manos expertas? Más allá de la ambición, el talento, la trayectoria de este auténtico producto del elitismo a la francesa, las hadas inclinadas sobre la cuna del prodigio ¿no revelan más del hombre que lo que él mismo dice –en particular, las hadas que agitan sus varitas en el mundo de los medios y la comunicación–? A la prensa y a sus directivos les gusta Macron. Y con razón: su discurso liberal, eurófilo, atlantista y modernista expresa una síntesis de los editoriales de Le Monde, Libération, L’Obs y L’Express que un actor de teatro experimental hubiera querido gritar en el escenario…