Manifiesto

Somos actrices y actores que habitamos este país llamado Chile. En nuestras diversas trayectorias nos ha tocado ver realidades muy distintas unas de otras. Realidades de opulencia, pero también de miseria; de verdad, pero también de mentiras; de alegrías, pero también tristezas; de justicias, pero también de injusticias y desigualdades.

Y en el último tiempo un tipo de desigualdad nos ha tocado fuertemente el corazón y nos ha hecho pensar profundamente sobre el país en el que vivimos, ya que hemos conocido realidades de injusticia que no creíamos que existieran en Chile. Lo que a simple vista conocíamos como sequía o lo que ajenamente escuchábamos sobre el cambio climático, esconde una profunda realidad de desigualdad y miseria.

Chile tiene privatizado uno de los elementos más básicos para la vida en el planeta. El agua en nuestro país es fuente de lucro, de especulación y de negocio. Y entonces nos preguntamos ¿cuál ha sido la necesidad de hacer del agua una mercancía?

La ambición.
La codicia.
El deseo de poseer más y más a costa de cualquier precio.

El problema, es que este precio lo pagan las personas más sencillas de nuestro país. Familias y comunidades que antes tenían todo: tranquilidad, belleza, alimentos y agua, hoy ven su vida deteriorada y fragilizada.

¿Cómo es posible que en un país que se dice desarrollado existan niños que no puedan acceder a agua potable? ¿Cómo es posible que en Chile existan familias que día a día ven vulnerados su derecho al agua? ¿Qué está pasando que hemos permitido llegar a este punto? ¿Acaso no nos damos cuenta de esta realidad? ¿acaso estamos ciegos? ¿estamos sordos? ¿o no queremos ver, ni escuchar?

¿Porque tanta indiferencia ante hechos tan brutales? ¿O el afán de lucro y la ambición de aquellos que poseen el agua nos está cegando y nos está SECANDO a nosotros también? ¡Nosotros y nosotras nos negamos a esta sequía! ¡Nos negamos a la ceguera y a la sordera! Porque estamos vivos, y por nuestras venas también (...)