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Mirismo: La continuidad histórica de un discurso encantado. Por Marco Silva Cornejo

A Pablo y Violeta; las más bellas herencias del mirismo en mi vida.

El pasado 15 de Agosto el pueblo mirista y la izquierda revolucionaria en su conjunto recordaron y conmemoraron los 52 años de vida del MIR. La perspectiva histórica reciente sin duda aun empaña los análisis respecto de la profundidad y relevancia que esta estructura político-militar aportara a la vida de nuestro país durante la última mitad de siglo, sin embargo es claro que el mirismo se incrusta en la retina de la vida nacional marcando un antes y un después de su nacimiento y proyectando sus influencias a más de cinco generaciones de militantes revolucionarios en el país y en la América Latina.

El pueblo mirista ha sabido proyectar y cuidar más allá de la fragmentación dolorosa de la estructura un conjunto de prácticas que son características identitarias de la formación político-militar que el MIR diera a sus militantes. La SIPONA (análisis de situación político nacional) ha logrado permear las prácticas de nuevas estructuras y movimientos sociales, se identifica en jóvenes militantes de la izquierda no institucionalizada una disciplina reflexiva en que el mirismo sin duda aporto patrimonial y empíricamente a la izquierda chilena.

La progresión fragmentada pero articulada de los movimientos sociales que convergen en grandes demandas identificando siempre al mismo enemigo común (Modelo económico) es la deriva dialéctica del profundo trabajo de frentes impulsada por el mirismo en la década del 60. Estudiantes disconformes con la izquierda entreguista y reformista fueron los revolucionarios fundadores de una estrategia de masas que sin duda aporto experiencia, aprendizaje que se sintetizaron bajo la consigna el Poder Popular.

Las estrategias de recuperación financiera, sabotaje a líneas de comunicación y abastecimiento, así como los ajusticiamientos directos a funcionarios de la dictadura, marcaron una práctica desicional en la militancia y en el conjunto del pueblo chileno, que lograron transferir a nuestras poblaciones en periodos de dictadura de una sensación de protección y autodefensa que sello una mística al periodo de Resistencia. Proceso que sin duda fue complementado por estructuras hermanas como el Frente y el Lautaro entrada la década del ochenta.

A 52 años de su fundación, el mirismo estalla e irrumpe en la realidad nacional astillando con su herencia y metralla cultural al conjunto de la sociedad chilena, impactando de lleno en las biografías de sus militantes, aportando de manera bondadosa su experiencia al conjunto del movimiento social, heredando una memoria de coraje y resistencia en Neltume y en las poblaciones periféricas de nuestro Chile pobre. Manteniendo la dignidad del legado más allá de la contingencia orgánica, prevaleciendo intacta la promesa de la toma del cielo por asalto.

Marco Silva Cornejo
Mg en Ciencias Sociales Aplicadas.

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