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Protesta mundial contra Monsanto

Miles de personas en todo el mundo protestaron el sábado 25 de mayo contra el gigante de la biotecnología Monsanto, empresa fuertemente criticada por estar a la vanguardia de la fabricación de productos genéticamente modificados e insecticidas.

En lo que se ha denominado como un “grito mundial de NO a Monsanto”, más de 40 países participaron en la movilización, que busca, en primera instancia, oponerse a la falta de investigación gubernamental sobre los efectos a largo plazo de los productos transgénicos.

“La marcha es para ayudar a proteger la salud de mis hijos. Los efectos en la salud de los transgénicos a largo plazo son un tema de debate y no quiero que mis hijos se conviertan en conejillos de indias”, dijo Sarah Saunders, una de las organizadoras de la manifestación en Australia.

El portal Rusia Today (RT) reportó que las ciudades más grandes de Reino Unido como Londres, Bristol, Glasgow, Manchester, Douglas, Torquay y Nottingham, se han unido a la iniciativa.

<http://www.ciudadccs.info/wp-conten...>

Uno de los activistas del movimiento contra Monsanto, Nick Bernabe, dijo, citado por RT, que las políticas de Monsanto, entre otros problemas, causan “una epidemia de suicidios entre los agricultores” en diferentes partes del mundo, por ejemplo en la India.

“Monsanto les vendió una especie de semilla que les prometía obtener buena cosecha, pero al final resultó que esas semillas no llenaron la esperanza. Esto llevó a muchos agricultores de la India a la pobreza absoluta, lo que provocó suicidios en masa”, comentó.

Los organizadores de la protesta estiman que unos 200 mil activistas por todo el mundo participarán en la campaña masiva que abarca seis continentes, 40 países y, al menos, 48 estados de Estados Unidos.

Para los organizadores, el objetivo es alzar la voz para recordar el efecto perjudicial que tienen los productos transgénicos y que ampliamente son producidos por los gigantes biotecnológicos sin ningún impedimento.

Muchas investigaciones han demostrado que los productos transgénicos son altamente dañinos para la salud y pueden causar cáncer, infertilidad e incluso malformaciones en los fetos.

Una de las cosas que colmó la paciencia de los activistas por la alimentación sana y que instigó el movimiento contra la multinacional fue la aprobación en EEUU de la llamada Ley de Protección de Monsanto. Avalada en marzo por los legisladores y el presidente Obama, la cláusula impide a los tribunales federales suspender o prohibir la siembra y venta de cultivos transgénicos, incluso si estos son reconocidos como dañinos para la salud humana o para el ambiente.

La actividad de empresas como Monsanto está por encima del sistema judicial de EEUU. Expertos expresaron al unísono lo insólito de que en un país obsesionado con el derecho, sea imposible mantener los procesos judiciales sin una fuerte presión del “lobby”.

Asimismo, decenas de personas se reunieron frente a la oficina de Monsanto en Buenos Aires, Argentina, para mostrar su rechazo a los cultivos transgénicos. La mayor fábrica de Monsanto en América Latina se encuentra en esa nación, donde la empresa invierte millones en instalaciones experimentales.

<http://www.ciudadccs.info/wp-conten...>

En EEUU, Canadá, Francia, Países Bajos y Japón, corearon las consignas de “¡No más mentiras!; ¡No más codicia!; ¡No queremos la semilla tóxica!”

En Venezuela también se sumaron a la protesta mundial. El Movimiento Campesino Socialista Jirajara realizó actividades regionales.

*ARGENTINA <http://www.elmundo.es/america/argen...> *| Convocada en 300 ciudades en 40 países Los argentinos marchan contra la Monsanto

Manifestación en Chile en contra de la actividad de Monsanto.

La marcha estaba convocada en 300 ciudades en 40 países de todo el mundo, pero en Argentina tenía un peso especial. Aquí la multinacional Monsanto, el paradigma del modelo de agronegocio en auge en el mundo global, copa *las ventas de semillas de soja transgénica y de los pesticidas que se venden junto a ellas, como un paquete cerrado*.

El cultivo sojero, convertido en *el nuevo ’oro verde’ por el alza de los precios sostenido en los últimos años*, ya abarca 20 millones de hectáreas, alrededor del 59% del país. No deja de crecer su peso en el PIB, y sobre todo, su importancia para la obtención de divisas. Así que la Casa Rosada sigue apostando por la soja; pero lo hace enfrentándose a una creciente oposición popular.

La corporación semillera multinacional *está construyendo en Córdoba la planta más grande del continente latinoamericano*, en la localidad de Malvinas Argentinas así como una estación experimental en Río Cuarto, también en la provincia de Córdoba. No extraña entonces que fuese esta la provincia donde más se sintieron las movilizaciones, que se prolongaron desde el jueves hasta hoy, con lemas como: *"El progreso que contamina, envenena, desaloja y mata no es progreso"*.

"Fuera Monsanto de Malvinas Argentinas, de Córdoba y de América Latina" fue una de las consignas más repetidas en Córdoba, donde son conocidos los efectos sobre la salud de las fumigaciones con agrotóxicos: malformaciones fetales, cáncer y enfermedades respiratorias. El año pasado, un histórico juicio consiguió colocar en el banquillo a los responsables de las fumigaciones* en la capital cordobesa, gracias a la larga lucha de asociaciones como las Madres de Ituzaingó Anexo, uno de los barrios cordobeses que más ha sufrido en sus carnes las consecuencias sobre la salud de fumigar campos desde el aire con productos tóxicos.

El pasado jueves, centenares de manifestantes marcharon por la capital cordobesa. La Asamblea Malvinas Lucha por la Vida leyó un documento en que se lanzaron duras críticas contra los gobiernos nacional y provincial, así como a la legislatura de Córdoba, por no impedir la radicación de la transnacional pese a la oposición popular. Entre otras cosas, esta agrupación *exige a las autoridades locales que convoquen una consulta popular a los vecinos de Malvinas*. Oposición popular, apoyo estatal

Una encuesta reciente señala con contundencia la posición de los vecinos: nueve de cada 10 habitantes de Malvinas solicitan una votación para determinar la instalación de la compañía, y *el 58% de la población no quiere que la empresa se radique allí*. Según este estudio, realizado por investigadores de varias universidades cordobesas, un 73% de los encuestados temía opinar en contra de Monsanto por temor a "salir perjudicado", mientras que el 65% no confiaba en el estudio de impacto ambiental, que la propia compañía realizará bajo la supervisión del gobierno provincial.

No obstante, las autoridades argentinas, tanto a nivel nacional como provincial, siguen dando muestras sobradas de apoyo a la compañía. Monsanto cuenta con varias plantas en la provincia de Buenos Aires y, además de en Córdoba, la empresa planea instalarse en la provincia de Tucumán, al noroeste del país. *En agosto, el Ministerio de Agricultura aprobó la nueva semilla de soja de Monsanto*, la RR2 Intacta. Y la nueva Ley de Semillas que se está ultimando en el Congreso es tan sensible con las necesidades de la compañía estadounidense que ya la han bautizado como Ley Monsanto

<http://www.elmundo.es/america/2012/...>

Para el colectivo Paren de Fumigar, la ley de semillas ha sido impuesta por las transnacionales del agronegocio, con Monsanto a la cabeza. Esta organización cree que la ley contribuirá a consolidar *un modelo económico que avanza "a costa de los ecosistemas* y a costa de acabar con los modos de vida de comunidades campesinas e indígenas". Líder mundial en transgénicos

En Buenos Aires se había convocado a las 14 horas del sábado frente a la sede de la multinacional, para marchar después hasta el Obelisco. También se habían organizado actos en puntos de todo el país, como Tucumán, Mendoza, Rosario, Misiones y Calafate, entre otros. La oposición al gigante estadounidense de biotecnología agrupa a los más diversos movimientos sociales: asambleas de vecinos, organizaciones ecologistas, agrupaciones políticas de izquierda; etc.

Estas protestas se inscriben en la campaña internacional Millones contra Monsanto, que echó a andar en 2011. En esta convocatoria, los activistas pretenden alzar la voz contra la compañía "por sus excesos contra la naturaleza, los agricultores y los consumidores". *La compañía estadounidense domina el 27% del mercado de semillas* -transgénicas y convencionales- y el 86% del mercado de transgénicos. Las demandas de los activistas se centran en dos aspectos: piden a los gobiernos que se investiguen los efectos a largo plazo de estos productos y que las leyes dejen de proteger apenas los intereses de las multinacionales.

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