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Regionalismo en Aysén por Mario Osses Quirós

El clamor ciudadano en la Región de Aysén -ahora a propósito de un Proyecto Hidroeléctrico- constituye un ejemplo más, acerca de la fuerza y ejecutoria de esta nueva conciencia, que no está en oposición al carácter unitario de nuestro país, sino más bien, lo fortalece.

Y éste es, a nuestro juicio, un hecho capital que se torna necesario esclarecer no sólo ante el resto del pueblo chileno sino también -y ahora más que nunca- ante las autoridades de Gobierno que deben pronunciarse. Las que no pueden caer en dichos ni conductas que causen un gratuito desprestigio al poder Ejecutivo. Cuya autoridad política y moral es ahora perentorio afianzar y no debilitar. El Ministro de Economía, ex-Senador… ha declarado que “no hay ninguna razón que justifique la violencia” y las protestas en Aysén. Más aún, alude a una “intencionalidad” y ésta ¿representaría toda una manipulación política desde Santiago?. Con lo cual, asimismo, le está clavando al toro más banderillas…

Todavía peor, si se puede constatar otro hecho de la mayor relevancia: los mismos alcaldes electos democráticamente por los ciudadanos, ¡aún los que militan en su propio Partido, la UDI!, se pliegan o coinciden con este Movimiento Nacional de franco repudio (“El Mercurio”, 19 de febrero de 2012, D 6 y 7). Hechos que ciertamente contrastan o desautorizan las insólitas aseveraciones del Secretario de Estado, cuyo nombre se omite, para no afectar más todavía su imagen. Todo lo cual resulta aún contradictorio con otras declaraciones: le estarían pidiendo sea él un candidato a la Presidencia de la República. Sugiriéndose así a lo menos dos interrogantes:

1- ¿Serán aquéllos que desean agudizar aún más el conflicto?, o

2- ¿Es la prensa más “seria” la que intenta ridiculizarlo?.

Al propio tiempo y como necesaria consecuencia, con ello se agravan las disensiones al interior de la coalición de Gobierno, ya suficientemente debilitada, como confirman las encuestas.

¿Por qué el “Regionalismo” -pues de eso se trata- no atenta contra el carácter unitario de la nación?

¡Varias son y en extremo fundadas, las razones que permiten afirmarlo!: porque los Regionalistas son precisamente los chilenos que más fortalecen y enriquecen el concepto de la Soberanía Nacional. Y ello, en la medida en que verdaderamente aman, respetan, protegen y defienden su región, que es parte integrante de nuestro territorio nacional. Esas mujeres y hombres, de este modo están afirmando y no negando su pertenencia a un Territorio Común que es de Chile y de los demás chilenos: no están pensando irse a otro país, ni ser como los trasplantados de Blest Gana. Tampoco pretenden imponer un

Régimen Federalista, cuya experiencia histórica entre nosotros, ha constituído un fracaso. Pero además, este Regionalismo se funda y fortalece por la necesidad imperiosa de superar las carencias o miserias que allí se padecen. Así como también obedece al legítimo anhelo de no ser atropellados o injusticiados por políticas que impone el Gobierno Central. Como cuando se produjeron las “revoluciones” de 1851 y 1859 -Regiones de Atacama y Coquimbo, Quinta Región, San Felipe- que todo chileno debe lamentar. Debiendo saberse “que el claro subdesarrollo regional” no es mera casualidad. Las grandes inversiones que se hicieran en los siglos XIX y XX en el Gran Santiago, “les impidió a las Regiones competir en igualdad de condiciones con la Capital”, enfatizan con diferentes matices honestos defensores del Regionalismo, como el ex Senador Jonás Gómez o el joven abogado Juvenal Urízar.

El Premio Nacional de Historia don Mateo Martinic, en su obra sobre Aysén precisamente, destaca su extraordinario esfuerzo y tesón, con “ayuda mínima” del Estado. Como asimismo, que ellos marcan para Chile la “territorialidad” y en consecuencia, hacen Soberanía.

Hoy ya no se discute -como ya lo planteara Balmaceda- el desorbitado afán de lucro y las alianzas entre Poderes Económicos Foráneos y algunos “chilenos”, que les hacían comparsa. Sin reflexionar en el irreparable daño a nuestra propia Soberanía Nacional y que expresamente consagra la Constitución Política vigente: “Los chilenos tienen el deber fundamental de honrar a la Patria, de defender su Soberanía y de contribuir a preservar la Seguridad Nacional y los Valores esenciales de la tradición chilena”. (Art. 22)

Y nadie tiene derecho a ignorar que se preserva realmente la Seguridad Nacional, cuando se defienden nuestros Recursos Naturales, como el agua o el cobre. Tema ya abordado hace más de medio siglo por las propias Naciones Unidas, en el año 1953. Sin poder desconocerse que es precisa y fundamentalmente desde las Regiones donde se enriquecen y ennoblecen esos “Valores esenciales de la tradición chilena”. Una Mistral, un Neruda, un de Rokha o un Coloane, ¿acaso nacieron en Santiago?. La gravitante importancia del lugar de nacimiento o donde germinó nuestra personalidad, ha sido reconocida y destacada por la ciencia e inclusive, en la literatura: “Geoliteratura de Chile”, es obra señera del escritor y pedagogo Mario Osses Sáenz.

Es más -y con ello se evitarían los traspiés de Ministros o Secretarios de Estado que se desorbitan o desoyen la voz de su pueblo, el verdadero Soberano- porque también nuestra Carta Fundamental concede irrefutablemente al Presidente de la República, el “Gobierno y administración del Estado”:

“El Gobierno y la Administración del Estado corresponden al Presidente de la República, quien es el Jefe de Estado” “Su autoridad se extiende a todo cuanto tiene por objeto la conservación del orden público en el interior y la seguridad externa de la República, de acuerdo con la Constitución y las leyes.”

Es precisamente por eso que:

“El Presidente de la República, a lo menos una vez al año, dará cuenta al país del estado administrativo y político de la Nación”.

Razón por la cual, muy justificadamente en entrevistas de prensa, los ciudadanos de la Región de Aysén no están conformes con las visitas ni las respuestas de sus Secretarios… Indudablemente, y ella es una verdad incontestable, en esta clase de situaciones se producen muchas veces sin control posible de los Dirigentes, actos de violencia. Y, en esta perspectiva, es también comprensible la preocupación de cualquier Gobierno, por ponerles coto. Es por eso, precisamente, que también nuestra Legislación ha arbitrado un medio que es extraordinariamente adecuado para canalizar las legítimas aspiraciones ciudadanas, permitiéndoles organizarse a través de una vía más normal e institucionalmente reconocida. Se han establecido al efecto, los “Consejos Ciudadanos”.

De hecho y de derecho éste es el camino más efectivo para que la ciudadanía pueda actuar ante la Autoridad con mayor ejecutoria y más responsablemente. Y, si bien realizan en lo esencial una labor de monitoreo de la gestión pública, por lo cual erradamente y por ignorancia algunos Alcaldes dificultan su constitución, permiten plantear de manera más unitaria, y en forma organizada los problemas que se suscitan en el ámbito público cuanto privado. Estos Consejos Ciudadanos son Organizaciones Comunales funcionales que se están empezando a constituir en todas las Comunas de Chile. Conforme a la Ley Nº 19.418 complementada por el Decreto Supremo Nº 58 (año 1997), ya se han organizado en el País varios Consejos Ciudadanos. Pudiendo así constatarse y demostrarse la veracidad de los precedentes alcances. Como asimismo, la innegable conveniencia no sólo a favor de la ciudadanía o comunidad, sino también en beneficio del propio Estado, garantizando efectivamente la Paz interior. Requisito sine qua non para que pueda funcionar una verdadera Democracia, a la que todo el País aspira. Para facilitar los trámites necesarios, puede visitarse www.consejosciudadanos.cl

Mario Osses Quirós Abogado Tel. 09-3467335 y 09-1813362

mariossesq@gmail.com

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