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Repensando la cultura para transformar nuestra realidad y nuestra historia. Por Rodolfo Romero

“La sociedad se inventa a sí misma, cada
vez que se instituye como cultura” – Octavio Paz.

CULTURA ES IDENTIDAD Y CAPACIDAD DE OPCION EN LA VIDA.

1,- Una cosa es la cultura de los hombres y las mujeres que viven de su trabajo, y reconvierten el trabajo con el lenguaje y los sueños, en cultura humana, y otra cosa es la cultura de los mercaderes, que fabrican culturas mercantilizadas, subsumidas en la economía y en las finanzas. No es la misma cultura. Ellos hacen negocios. Business est Business. Businessman. Businesswoman.

En la verdadera cultura, el sujeto es la persona humana, y su finalidad es el SER, el CONOCER y el HACER. En la cultura mercantilizada, el sujeto es el mercado y la ganancia que produce. Y su finalidad es el TENER, el PODER y el DOMINAR.

La cultura humana y la cultura de mercado, no son la misma cultura. Y más bien pueden negarse profundamente.

Es diferente la cultura del ciudadano honesto y del pueblo laborioso, que esta en contradicción con la cultura practicada por los rufianes y embaucadores. El mercader lo que aprendió es a calcular y hacer negocios, para acumular fortuna, poder y/o simplemente aprovecharse de la gente.

Los verdaderos emprendedores son creadores de cultura. Y asumen un liderazgo significativo.

La cultura humana esta montada en tres talleres:

• El taller del aprendizaje y el desarrollo de la conciencia, para poder desarrollarse como persona, que esta destinado a convivir con los demás. Conciencia y existencia social se corresponden mutuamente. Se afirma un SER-PODER de sobrevivencia y convivencia.

• El taller del trabajo como proceso social, y la tarea productiva de toda la comunidad, que con visión emprendedora, produce bienes y servicios para compartirlos y disfrutarlos. Se desarrolla el poder creador-transformador de la persona y de toda la sociedad.

• El taller del lenguaje compartido, de la cooperación, de la solidaridad, de la experiencia acumulada y del conocimiento – compromiso. Sin comunicación y cooperación social no puede haber cultura humana

Con estos talleres se va fraguando el conocimiento, las ideas, los conceptos, los pensamientos, la ciencia, las destrezas, las habilidades, el arte, y todo el desarrollo humano. Y es así como va madurando los procesos culturales y civilizatorios.

Esta cultura que nace del aprendizaje, del trabajo y del lenguaje, y que conforma un patrimonio cultural de los pueblos y de la clase trabajadora, no se la podemos regalar a nadie, ni aceptar que la prostituyan, y mucho menos renunciar a su cultivo permanente, ya que cultura viene del aprendizaje humano, y de la rica experiencia del cultivo de la tierra, y del cultivo de la mente.

Cultura es síntesis maravillosa de la práctica social, de la teoría que guarda simetría con la realidad, y de la imaginación asombrosa del ser humano. Por eso no es el producto de una elite ilustrada ni resultado de la simple imaginación. Es conciencia del estado de necesidad, del valor de la libertad y del sentido de responsabilidad que se va creando incesantemente.

2.- En este tiempo de deslizamiento epocal, necesitamos repensar la significación de la cultura.

Viviendo un tiempo de CRISIS GLOBAL, y de apremiantes PROCESOS DE CAMBIO, que nos desacomoda profundamente, - José Martí ya hablaba de “La crisis de acomodación” - que nos crea desasosiego, y hasta angustia existencial, por lo que es vital repensar nuestra CULTURA, ya que ella envuelve el trabajo que realizamos, muchas veces en condiciones infrahumanas, el arte que vamos perfilando; la filosofía de vida que concebimos, y la repensamos; la educación domesticadora que recibimos y la cuestionamos; las ideologías perturbadoras que mamamos y la reflexionamos rehaciéndolas; la economía excluyente que conocemos y la queremos redimensionar, ponerle rostro humano; la política sin eticidad que experimentamos y la confrontamos, y el lenguaje muchas veces manipulador que se utiliza y que la masticamos y buscamos recrearla.

La lucha nos enseña que sin cultura propia, no podemos liberarnos.

Necesitamos percatarnos que la cultura con signo humanista esta siendo amenazada. Se esta concibiendo la CULTURA CORPORATISTA para matar la diversidad cultural. Pareciera que la cultura fuera un colchón demasiado grande que tiene la capacidad de soportar todos los arrebatos y las indecencias más antojadizas. Es que la cultura esta relacionada a todo un sistema de pensamiento y de acciones y reacciones humanas. Y también padece las turbulencias y los tsunamis que vamos creando y recreando.

Hoy día ya esta en marcha un arma de destrucción masiva, un torpedo en pleno lanzamiento: ES LA CULTURA CORPORATIVA, monitoreada por los centros de poder transnacional, por los intereses geoculturales del imperialismo, y jugueteada por los Medios masivos de Comunicación Social.

Toda cultura tiene su propia carga explosiva, que se la puede utilizar perversamente, buscando manipular – uniformar la mente humana, como influir en el comportamiento de las clases sociales, los pueblos y las naciones. Especialmente busca aprovechar las burbujas de la crisis y malestar social. Es la estrategia neoliberal, que busca hegemonizar este tiempo histórico, y uniformar lo que percibimos, sentimos, pensamos, decimos y hacemos.

Augusto Roa Bastos, Premio Cervantes de Literatura, alertaba sobre “el poder de seducción de la cultura imperial y colonial”. Debemos estar alertas.

Sabemos que nada le es extraño a la cultura, ya que gracias a ella aprendemos a amasar y transformar de una manera determinada la realidad tan compleja y contradictoria que enfrentamos, a protagonizar con un perfil propio la lucha social, sindical y política, y a vivir y realizar nuestros sueños, nuestros anhelos, nuestras esperanzas y nuestras realizaciones.

José Enrique Rodó decía con cierto gusto literario: “Pensar, soñar, admirar, he ahí los sutiles visitantes de mi celda”. Cultura es identidad.

Existe un debate interesante sobre la cultura elitesca y la cultura popular. Y Ernesto Sábato afirma con claridad, que el verdadero piso de una cultura elitesca, depende de la maduración de una cultura popular.

No estamos interesados en explayarnos sobre la cultura elitesca o la cultura popular, sino en reafirmar que toda cultura esta íntimamente ligada con la capacidad de aprendizaje del ser humano, con la energía vital de realizar un trabajo transformando la naturaleza y transformándose a sí mismo en un medio social determinado, y utilizando la maravilla del lenguaje que nos hace diferentes a todos los otros seres existentes en el universo para comunicarnos.

Nuestro silencio, nuestra palabra y nuestros gestos, son también nuestro signo de distinción, especialmente cuando tiene una cobertura de autenticidad, y es una palabra verdadera la que pronunciamos, como un gesto de coherencia la que demostramos, ya que la mentira y la falsía están prestos para el asalto. Por eso debemos distinguir lo falso de lo verdadero.

La conciencia y la existencia social, interaccionándose, conforman los tejidos de la cultura, formando la madeja de la experiencia, del conocimiento y de la sabiduría en el accionar.

La subjetividad y la intersubjetividad, como la relación acertada entre el sujeto y el objeto, conforman la trama de la cultura.

Aprendizaje, trabajo y lenguaje, una trilogía que produce cultura, que se transmite de generación en generación, y que va dejando su sello particular a través de símbolos que de alguna manera nos identifica y define nuestra experiencia, nuestro proyecto de vida, y nuestro afán societario. En Grecia, el Teatro de Delfos, ubicado en el Monte Parnaso, era considerado “Patria Simbólica de los Artistas”. Y el Partenón, “Símbolo por antonomasia de Atenas”. Y Atenas, “Símbolo de la Cultura Occidental”.

Hoy las creencias religiosas son identificadas por símbolos. (la cruz – la medialuna – la hoz y el martillo, la esvástica, el cuadrante y el compás, etc) Nuestros símbolos también indican nuestra especificidad, nuestra riqueza cultural basada en la DIVERSIDAD. Variedad es riqueza.

3.- Toda cultura tiene referencia con principios y valores (la libertad , el derecho, la justicia, la solidaridad…), y bienes y servicios, tanto de uso como de cambio. Los valores y bienes de uso nos convierten en miembros de la familia humana con disposición de compartir lo que ella produce. Nos hace iguales, hermanos, relacionados con amorosidad y preocupados por la justicia y la paz social. Los valores y bienes de cambio se han convertido en valores mercantiles en el escenario del capitalismo, y en competencia salvaje en el proceso de globalización, transnacionalización y tratados de libre comercio.

Y es justamente la dinámica de los cambios sociales de hoy día, que nos obligan a repensar la cultura de nuestro tiempo, para evitar que sigamos siendo cosificados y mercantilizados por la sociedad en crisis en que estamos siendo testigos de la decadencia de toda una época histórica.

Estamos siendo testigos de un deslizamiento epocal significativo. No en balde se habla de la decadencia y crisis a nivel mundial.

En todo esto, juega un importante papel la actual Revolución Científica y Tecnológica, y su síntesis, las TIC, - tecnología de la información y comunicación - que posibilita una rica y sorprendente innovación

Esta novedad impacta profundamente al campo de la cultura humana.

Las diferentes dimensiones espirituales y materiales de la vida, están presentes en la cultura, y debe ser por eso que los pensamientos y las ideologías dogmáticas y sectarias, cada vez más desgastadas y desfiguradas, se van desnaturalizando, por lo que es necesario recrearlas..

Nosotros queremos apuntalar nuestra cultura humanista y humanizante, centradas en la dignidad de la persona y de cada ciudadano-a, en los derechos humanos que son universales, indivisibles e irrenunciables, y en la justa y correcta valoración del TRABAJO HUMANO, y de todo lo que tiene que ver con los intereses y valores de una comunidad, y la organización de una sociedad democrática y justa, a nivel local, nacional e internacional.

Sin trabajo humano no puede existir una sociedad. El capital, como el dinero, es el resultado del trabajo acumulado. Y desempeña un papel complementario importante, pero no puede convertirse en el principal referente y mucho menos dirigir la sociedad.

Es evidente que "el taller oculto de la producción", como todo el sistema de ordenamiento estructural socioeconómico, sociopolítico y sociocultural, envuelve a la cultura de un pueblo, de una clase social, grupos humanos y ciudadanos en general, con una oleada de imágenes que van sustituyendo a la ideología, y por eso es muy fácil entender lo que nos dice Michel Foucalt: “La imagología ha derrotado a la ideología”.

La ideología de una clase social dominante, por lo qeneral, busca encubrir la naturaleza de los fenómenos que se produce en las estructuras ocultas de la sociedad, que son estructuras de poder, muchas veces mimetizados, utilizando a la educación, a la cultura y diferentes medios de información – comunicación, para proyectarlo, difundirlo y legitimarlo.

Su objetivo es poner en marcha una cultura hegemónica, excluyente.

Por eso casi no se habla de la explotación del trabajo humano, el asalto a los recursos naturales, el daño al medio ambiente y la desposesión cultural de una sociedad.

Por la verdadera cultura se pasean la potencialidad del aprendizaje del ser humano, la conciencia de sí de la persona, su trabajo, la filosofía, la ciencia, la tecnología, el arte, la religión, y toda una visión humanista de la vida.

La centralidad de la persona, del trabajo y de la comunidad, definen a la verdadera cultura. Y los trabajadores, con su conciencia de clase, como los pueblos, adquieren una identidad propia y un proyecto emancipador, buscando ser libres de todo proceso de explotación y dominación. Esta CULTURA ES ORGANICA, ya que se basa en el principio y derecho asociativo, en la organización libremente asumida, como en la dinámica de la cooperación y la solidaridad social.

El trabajo en sí mismo, es un proceso social maravilloso. No es un simple hecho individual. El trabajo es parte substancial de esta cultura orgánica.

Y es esta cultura la que reivindicamos, ya que esta directamente relacionada con el mundo del trabajo, con la dignidad de la persona, y con el proceso de hominización de nuestra vida.

Y es prostituir la cultura cuando se la envuelve en dinero, en cosas, en individualismo grosero, en egoísmo mezquino, en consumismo, en mercancía, en corrupción, en pragmatismo, en religión de mercado.

Esa cultura nos cosifica, nos aliena, nos deshumaniza, nos convierte en ¨HOMO HOMINIS LUPUS". ("EL HOMBRE ES LOBO DEL HOMBRE") - según la denominación de Thomas Hobbes.

Nuestra tarea por lo tanto es derrotar la falsa conciencia y la ignorancia prefabricada, y sembrar el verdadero conocimiento-compromiso. Es entonces que apelamos al mundo del SER, del SABER, del PODER, del AMAR y del HACER.

Necesitamos reconciliar al pensamiento y a la acción, para resembrar la cultura humanista. Pensar – reflexionar – hacer, es nuestro mandato.

.Y es entonces que estamos llamados a repensar y disponernos a REAPRENDER TODO. Necesitamos una NUEVA EDUCACION PARA UNA NUEVA CULTURA. Y así, forjar nuevos paradigmas en este Siglo XXI.

Una educación para la vida, configurada en el escenario de las preguntas que suscita la vida y la lucha, con una capacitación para el trabajo para ser dueño de las oportunidades que ofrece la sociedad, y con una formación para la acción ciudadana que nos permita ser efectivamente constructores de la sociedad que queremos, y de la democracia real que necesitamos.

ES LA ÚNICA MANERA DE PODER TRANSFORMAR NUESTRA REALIDAD Y NUESTRA HISTORIA.

En nuestra cultura esta presente nuestro “yo plural”, nuestra familia, nuestro barrio, nuestro trabajo, nuestros estudios, nuestros amigos y compañeros, nuestros rincones íntimos, nuestros combates emocionales, nuestra lucha diaria, nuestras tragedias, nuestras derrotas y victorias, nuestras aspiraciones y nuestras esperanzas. Por eso es imposible pensar en nuestra cultura sin hacer un esfuerzo de síntesis entre nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro.

Estas reflexiones buscan abordar estos puntos con sencillez y confiando en tu interés, en tu compromiso social, y esfuerzo de aprendizaje.

Como nos dicen que "Toda sociedad se imagina a sí misma¨, y como estamos urgidos a reinventar la que tenemos, y reinventarnos a nosotros mismos, ponemos en tus manos, por tu condición de ciudadano inquieto, de trabajador y de dirigente del Movimiento Sindical y del conjunto del Movimiento de los Trabajadores, y como activista social y político comprometido, estos puntos de vista, para equiparnos culturalmente, y así, poder ser dueños de nuestro pasado, de nuestro presente y de nuestro futuro.

Solo así, podremos transformar nuestra realidad y nuestra propia historia, y la historia de nuestros pueblos.

Es lo que espera de nosotros cada uno de nuestros países, y toda América Latina – Caribe.

Las raíces del humanismo que le dan sentido a nuestra cultura, nuestro compromiso con el tiempo-espacio donde protagonizamos nuestra historia personal y comunitaria, como clase social, como ciudadano y como pueblo, y nuestro desafío de construir algo nuevo, nos convocan como nunca.

Es así como podemos entender que

“LA SOCIEDAD SE INVENTA A SI MISMA, CADA
VEZ QUE SE INSTITUYE COMO CULTURA”. _CULTURA ES IDENTIDAD Y CAPACIDAD DE OPCION EN LA VIDA.-

Rodolfo Romero – RoRó.-

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