Túnez enfrenta a los fantasmas del pasado

Desde el 17 de noviembre de 2016, la Instancia Verdad y Dignidad (IVD) está llevando a cabo audiencias públicas. Órgano oficial de la justicia transicional de Túnez, esta estructura se encarga de establecer los hechos y las responsabilidades relativas a las violaciones de los derechos humanos cometidos entre julio de 1955, es decir, un año antes de la Independencia, y diciembre de 2013, fecha de la ley que la instituyó. El proceso durará hasta el mes de junio de 2017. Más de un centenar de testimonios habrán sido entonces retransmitidos en vivo por la televisión nacional y algunos canales privados.

En cada sesión la palabra hace resurgir la violencia de Estado durante las presidencias sucesivas de Habib Burguiba (1957-1987) y de Zine El-Abidine Ben Ali (1987-2011). Sacando a la luz la intimidad de una destrucción física, psíquica y social, estos testimonios causaron mucha emoción en la opinión pública. Más allá de las polémicas sobre el carácter oportuno o no de este proceso en el incierto período político abierto por la caída del régimen de Ben Ali, las audiencias de la IVD obligan a los tunecinos a hacerse muchas preguntas. ¿Qué es lo que hay que conservar de los valores tradicionales? ¿Quién es legítimo como para pretender servir al Estado? ¿Qué sentido darles a las viejas prácticas represivas? En pocas palabras, ¿la ruptura política de 2011 implica también una ruptura en el relato nacional?...