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¿Soltar para Sobrevivir? por Nicol Barria...

¿Soltar para Sobrevivir? por Nicol Barria

Introducción:

“¿Necesitamos más pruebas de que el sentido humanitario de lo urgente y lo relevante está mediado, sin duda sobre determinado, por consideraciones claramente políticas?” (Žižek, 2009).

A propósito de la difundida llegada del coronavirus Covid-19, sin duda llamativo de este acontecimiento histórico, es que han surgido una amplia gama de lecturas, trabajos y análisis del fenómeno de moda – que incluso pueden ser contradictorias entre si-. En este sentido, esta pretende ser una más de las muchas que circulan. Entonces, sin afán por ser mejor ni peor, se toman los análisis previamente publicados para deconstruirlos en el intento de observar la situación actual con mayor precisión. Se eligió el título: “¿Soltar para sobrevivir?”, porque de forma aislada actúa como una suerte de abstract o más bien adelanto de la reflexión que a continuación se expone.

Lo que parece alarmar a la población mundial de este virus, serian tres variables: 1) su origen (incierto), 2) su composición y 3) el impacto que puede trae consigo para el porvenir de la humanidad, siendo este último punto el que mayor impacto genera. En palabras de Jacques Derrida (2009) es, el acontecimiento, la venida de (lo) que viene pero todavía carece de figura reconocible.

“(Lo) que viene” excede un determinismo pero también excede los cálculos y las estrategias de mi dominio, mi soberanía o mi autonomía. Por eso, aunque nadie sea un “sujeto libre”, en este lugar, existe algo “libre”, se abre cierto espacio de libertad, o en todo caso supuestamente está abierto por (lo) que viene, un espaciamiento liberado, des-prendido (antes y para la prenda, el empeño, la respuesta, la promesa, etcétera). Por eso esta figura está ligada a todas las cuestiones políticas de la soberanía. Allí es donde estoy expuesto y felizmente, si me atrevo a decir, soy vulnerable.

Vulnerabilidad, que de cierto modo aterroriza y desencadena el caos. Vulnerabilidad –o el miedo a vivirla- que se ve significativamente incrementada por las lecturas de lo que acontece, por el exceso de información, alguna cierta y otra no tanto, que nos atraviesa y que solo produce un efecto; paralizarnos por la angustia.

Robespierre escribió: “Dejad de sacudid ante mi rostro el manto ensangrentado del tirano o creeré que deseáis encadenarme a Roma”. ¿No es esto lo que está pasando en la actualidad?, se sacude en nuestras caras el violento manto del “coronavirus”. Terminamos siendo encadenando a la angustia del enfrentarnos a la realidad: no tenemos respuestas; y son cada vez menos las expectativas.

Coronavirus (COVID-19): epicentro de teorías.

Desde el principio el capitalismo se “pudre”, está marcado por una contradicción mutiladora, por la discordia, por una necesidad inmanente de equilibrio: ésta es exactamente la razón de que cambie y se desarrolle incesantemente -el desarrollo incesante es el único modo que tiene para resolver una y otra vez, llegar a un acuerdo con su propio y fundamental desequilibrio constitutivo, la “contradicción”” (Žižek).

El filósofo esloveno Slavoj Žižek sirviéndose de sus estudios de psicoanalíticos y marxismo, ha sido uno de los primeros en plantear profundos análisis del acontecimiento mundial. Estudioso del modelo neoliberal, ideologías, crítico de la ultra-derecha y la postmodernidad, a través de una columna publicada en el portal RT menciona que la pandemia es: “un golpe a lo kill bill al sistema capitalista”. No demoró en plantear que el comunismo terminaría por salir airoso y triunfante.

Una de sus contrapartes: el filósofo surcoreano Byung Chul Han, en una columna para diario el País rápidamente manifesta lo equivocado que estaba Žižek, y que la llegada del Covid-19 solo llegaría a reforzar el modelo capitalista y demostrar que es capaz de vencer a cualquier pandemia –por lo tanto se vendería aún más el modelo- y reforzando significativamente el individualismo.

Desde España, el psicoanalista Jorge Alemán manifiesta: “Estamos frente a la irrupción de lo que Lacan llama lo “Real” no la realidad, es decir, algo que es muy difícil, o prácticamente imposible de identificar en la coordenadas actuales, no sabemos cuáles son los límites de la pandemia, no sabemos definitivamente en que consiste la enfermedad, no aparece con claridad la metodología terapéutica, es decir la realidad se colorea con la angustia”.

En Latinoamérica, el psicoanalista chileno Rodrigo Aguilera Hunt, se pronuncia intentando dejar en evidencia que la contracara del coronavirus son diferentes formas de violencia que encuentran refugio en este acontecer.

Y así, sucesivamente, a propósito del coronavirus las redes sociales, artículos, diarios y noticieros internacionales no han parado de publicar: “el virus llegó para combatir al neoliberalismo”, “el coronavirus llegó como aliado del capitalismo”, “se creará un nuevo orden social por el coronavirus” “el lazo social hay que estudiarlo con mayor profundidad” “son tiempos que hay que aprovechar para estudiar”. Por otro lado, en Chile, los noticieros y diarios nacionales carecen de crítica al modelo, a las medidas económicas y a las medidas sanitarias, esto pareciera ser una suerte de tabú.

Con certeza, afirmo que podríamos escribir cientos de libros, artículos y columnas con todas las especulaciones que hasta el día de hoy hay del tema de moda ¿Pero de qué nos sirve este análisis profundo realizados por expertos?.

El pasado 26 de Marzo del presente año, el psicoanalista argentino Alfredo Eidelsztein, manifesta una reflexión muy lúcida respecto del tema, cito textual:
“habría que ver si esas esperanzas no son religiosas, si no se toma al capitalismo o al marxismo, al cristianismo, al islam o al judaísmo, como religiones que suponen la existencia de una fuerza omnipotente que lo controla (el virus). Entonces nos estamos enfrentando a una situación tremenda para la humanidad. Pero quizás, interesante intelectualmente para pensar en qué No hay Otro del Otro. Lacan utilizaba una frase muy simpática, que no se utiliza, pero a mí me parece muy simpática, que es: “Dios no cree en Dios”.

Es fácil generar una multiplicidad de comentarios burlescos en contra de los rezos del Papa o por los cristianos para que Dios frene el virus. Pero, los análisis, terminan por implorar a otros nombres de Dios. Entonces, desde la reflexiones del autor previamente expuesta, se puede confrontar la mayoría de los análisis que se elaboran. Si soy marxista: el marxismo es la salvación; si soy ultra-liberal: el capitalismo mutara y en ese mismo proceso de transformación se frenara la pandemia. Se vuelve al tema de la omnipotencia. Sean verdaderos las respuestas o análisis, como también sean falsas. Lo importante y cierto, es que hoy por hoy no hay ni consenso, ni solución.

Frente al fenómeno no hay más que análisis, reflexiones, especulaciones, mitos, hipótesis, intentos por dar respuesta, intentos por encontrar la cura, intentos por calmar a la población y en esos intentos muchas veces solo se incrementa el pánico, pues, tras fallar en los intentos, se rompe la imagen de un Dios que llegará y nos brindará paz y soluciones –ya sea que ese Dios sea la ciencia, la ideología, la política o una combinación de ellos-.

Nuestra certeza actual, es que estamos enfrentándonos a un fenómeno desconocido, y un fenómeno que por lo que se visualiza marca una antes y después para la humanidad. En un mundo globalizado como el nuestro, donde todos –hasta antes de la crisis- corríamos sin detenernos, donde los ritmos de vida eran cada vez más veloces, nos vemos impedidos totalmente de continuar, muchos están siendo aislados totalmente, otros parcialmente, algunos se han quedado encerrados con su soledad, otros con sus familiares. Si hay algo seguro de lo que nos impacta a nivel mundial, es que el mundo se está deteniendo por: lo desconocido.

La invitación de la disciplina psicológica, es a reflexionar, que la población logre captar el enfoque correcto y que se una al mismo: ¡mi análisis del coronavirus es el más completo, certero y tenemos la solución!, otra forma de religión que busca una deidad para acabar con el dolor de los mortales.

Por todo esto, se invita al lector a “soltar para sobrevivir”. Para sobrevivir no al virus, sino al bombardeo teórico e informacional que termina por infectarnos aún más que lo que podría hacer la pandemia. Todo demuestra que la proliferación de este virus se incrementa, todo indica que lo que estamos viviendo es un dilema que trasciende muchos temas, aun así, no es el momento de aferrarnos a encontrar una explicación teoría, sea esta equivocada o se correctas, lo cierto, es que los análisis no frenaran las muertes ni la desesperación. Por lo cual, la invitación es a soltar la teoría, el exceso de información y dedicarnos en medio de esta crisis humanitaria a cuidarnos, a cuidar de nosotros mismos y a cuidar a quienes nos rodean y, si tenemos suerte, saldremos fortalecidos.

Nicol A. Barria-Asenjo, Revista Cuadernos de Neuropsicología- Sociedad Chilena de Revistas Científicas de Psicología.

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