Las aventuras militares de George W. Bush generaron un frente de reacción por parte de distintos músicos que militan como en los tiempos de la guerra de Vietnam, cuando Bob Dylan cantaba en el Greenwich Village y Joan Baez en Hanoi, bajo las bombas de EE.UU. Ante nuevos desafíos, resurgen la “canción de protesta” y sus interrogantes: ¿cómo enfrentar el nuevo orden mundial? ¿Cuáles son genuinas?
“(Y es igual en todos lados), discriminación entre blancos y negros. / Gritan ‘¡No me entienden!’ / Y toda la mierda que me dan en los diarios y en TV. / Y toda esa estupidez en masa que parece crecer día a día. / Últimamente se escucha a un idiota decir / que quiere ir y aplastarte / porque el color de tu piel simplemente no le viene bien / (no importa si es blanca o es negra), / porque esta noche sólo quiere sangre.”
No, este texto áspero no está firmado por un rapero de Clichy-sous-Bois (Francia) en 2006. “Trouble Every Day” es obra de Frank Zappa en 1966, después de los motines en el gueto de Watts, Los Ángeles. Un año más tarde, en Nueva York, Zappa hará cantar canciones de Bob Dylan a los soldados recién llegados de Vietnam, quienes corearán: “¡A comerse la manzana y a la mierda con el Ejército!”. Un cántico que bien podrán entonar los futuros veteranos de Irak. De igual manera, “Talking Vietnam”, firmada por Phil Ochs en 1964, no deja de tener resonancia en lo que sucede actualmente a lo largo de los oleoductos. “Para que esos monos rojos no tuvieran lugar donde esconderse / juntamos a todos en campos de refugiados. / Bajo llave y candado / nos aseguramos muy bien de liberarlos”.
Texto completo en la edición impresa del mes de septiembre 2006
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