¿De dónde surgieron los torturadores de Abu Ghraib? El escándalo que provocaron los tormentos a prisioneros iraquíes en la cárcel militar bajo dominio estadounidense situada en las afueras de Bagdad, sorprendió a los guardiacárceles, quienes declararon que se trata de prácticas normales que realizaban en las propias prisiones civiles estadounidenses. Un sistema rutinario, en un país en guerra contra el terrorismo.
Debido a la ampliación de la guerra que Estados Unidos desarrolla contra el terrorismo y a la gran cantidad de bases militares que ese país posee en el exterior, la vigilancia de muchos prisioneros de guerra, de “combatientes enemigos”, y de diversas “amenazas contra la seguridad civil”, quedó a cargo del ejército y del cuerpo de infantes de marina. Eso generó un aumento en la demanda de guardiacárceles, que fue en gran medida satisfecha por los reservistas del ejército. Desde abril de 2003, fueron llamados a tomar nuevamente servicio en el ejército más de 5.000 guardiacárceles civiles, cifra que podría llegar a 9.000, según estima la Asociación de Establecimientos Penitenciarios de Estados Unidos.
No existe información oficial sobre las características exactas del trabajo que fue encomendado a ese personal penitenciario civil, pero según Mark S. Inch, director del servicio encargado de los establecimientos penitenciarios y de reclusión, en la Office of the Provost Marshal General, “el personal que suele tener a su cargo la detención de prisioneros de guerra enemigos proviene fundamentalmente de la reserva de la guardia nacional. En consecuencia, para el reservista no podía existir sinergia más evidente e importante para el logro de su misión que la que existe entre su trabajo civil en el terreno penitenciario y su tarea de vigilancia de combatientes enemigos encarcelados en Afganistán, en Cuba (Guantánamo) y en Irak”.
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