Este testimonio refleja lo que fue la experiencia de 14 años, de la Doctora Lucy Holzapfel Peña, en diagnóstico y seguimiento de personas afectadas por el asbesto, desde la medicina del trabajo y sus repercuciones. Esta situación provocó finalmente su renuncia, por razones éticas, a la Mutual de la Cámara Chilena de la Contrucción, a la que está adherida la empresa Pizarreño.
En Chile se comenzó a trabajar con asbesto, industrialmente, desde el año 1935. La industria Pizarreño fabricaba materiales de contrucción, planchas de asbesto-cemento que por años se utilizaron en construcciones sociales, además de techos, paneles, jardineras, pisos, cercos, etc. Según los pacientes, servía para todo y entonces todo se contaminó, con este cancerígeno, mineral natural fibroso, de alta resistencia, conocido tambien como amianto, reconocido como tal desde el año 1934 en la literatura médica mundial. La empresa Pizarreño construyó, aledañamente, una población y un colegio. Los trabajadores, sus niños y familias, sin saber el riesgo que corrían, crecieron jugando con el asbesto, sus bolsas de empaque eran llevadas a casa para usarlas como aislante de los colchones y los niños visitaban a sus padres en la industria y cada año, en fiesta navideña, volaban en un avioncito dentro de la industria. La ropa de los trabajadores iba a casa para ser lavada y los trabajadores más ancianos me contaban que ellos comían allí, sentados en los volcanes de asbesto.
Así se contaminaron prácticamente todos, muchas familias, niños, padres, sus madres y abuelos. Esta epidemia silenciosa y horrorosa continúa, en Chile, matando a ex trabajadores, impotentes todos, frente a una muerte inminente y programada.
Las mutuales en Chile nacieron al amparo de la ley de las enfermedades profesionales ocupacionales, desde el año 1968. La literatura médica laboral ha publicado casos ya en el año 1947.
El asbesto produce daño pulmonar por inhalación y depósito de este mineral y en Chile se han (…)
Texto completo en la edición impresa del mes de enero 2007
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