Bolivia, caminos que se bifurcan...

El pasado 15 de diciembre distintas concentraciones masivas reflejaron las tensiones que vive el proceso de cambio impulsado por el presidente Evo Morales en Bolivia. Mientras en La Paz indígenas, campesinos y mineros apoyaban al Movimiento al Socialismo y el proyecto de nueva Constitución, en Santa Cruz de la Sierra y los departamentos de la “media luna” la oposición proclamaba la autonomía de facto.

“El problema en Bolivia es que, pese a tratarse de un proceso de reformas, en el marco de un sistema democrático, tanto el gobierno como la oposición actúan como si estuvieran frente a una revolución.” La frase fue pronunciada en La Paz por el asesor presidencial brasileño Marco Aurelio García, ante un grupo de periodistas inquietos por el devenir del proceso político boliviano. Sintetiza algunas de las tensiones que vive este país andino-amazónico: mientras desde el gobierno liderado por Evo Morales se intenta imponer una nueva Constitución, forzando el actual marco institucional pero con amplios apoyos entre los sectores tradicionalmente marginados, la derecha, con fuerte anclaje en el oriente y sur bolivianos, fomenta la resistencia civil, hace llamados a los militares que rayan la sedición y desafía con la aprobación de facto de nuevos estatutos autonómicos en los departamentos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando.

Dos imágenes sintetizan la “guerra de nervios” promovida a ambos lados de la frontera imaginaria que divide a Bolivia: mientras el gobierno denuncia a diario una conspiración de la que participarían la embajada de Estados Unidos y paramilitares colombianos, con base en Santa Cruz, desde la oposición se insiste –con la misma falta de pruebas– en el aterrizaje de aviones venezolanos en diferentes puntos del país “para descargar armas” o “trasladar militares” con la finalidad de imponer una “dictadura comunista” avalada por Hugo Chávez...