El mercado mundial de cereales “revolucionado”

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que organiza una reunión especial en Roma, 37 países están amenazados por la crisis alimentaria.
Las instancias internacionales esperan lo peor: multiplicación de revueltas (que ya dejaron varios muertos) y penuria para millones de personas. Si se anunciaron socorros financieros, ¿la lógica de la globalización está adaptada al necesario cambio de rumbo económico?

Revueltas contra la “vida cara” en Burkina Faso y en Camerún, manifestaciones contre el alza en el precio del pan en Dakar (Senegal), etc... Los pueblos africanos sufren las consecuencias de la subida del precio mundial de los cereales. El precio del arroz importado de Asia crece peligrosamente, mientras que el de los otros granos bate todos los récords en los mercados estadounidenses.

En este comienzo de milenio, la seguridad alimentaria vuelve a ser un tema preocupante, incluso en los países industrializados. Observadores internacionales como Jean Ziegler, hasta hace poco relator especial de las Naciones Unidas para el derecho a la alimentación, evocan el temor de hambrunas en el oeste del continente negro. Incluso en el Reino Unido, donde la agricultura fue sacrificada en el altar de la revolución industrial, el departamento encargado de Asuntos Rurales, de la Alimentación y del Medio ambiente, se mostró preocupado por los peligros que acechan la seguridad alimentaria en un estudio publicado en diciembre de 2006.

Apenas un año después, la agitación gana las calles a causa del costo de vida, no en Londres, sino en ciudades del hemisferio sur, donde también dependen de las importaciones para alimentarse, pero con ingresos para nada comparables a los de los británicos. Mientras tanto, los precios –de la leche, el aceite, el arroz, el trigo– están por las nubes. Y es en el mercado de cereales donde el alza se muestra más espectacular.