¿Hacia una medicina a diez velocidades?

La crisis de los hospitales y del sistema de salud francés no se debe en nada a la casualidad. En principio se origina en la escasez médica que resulta de la política seguida durante veinte años, de manera continua, por todos los gobiernos. Durante este período de la formación de ocho mil quinientos médicos por año se ha pasado a tres mil quinientos. Algunos economistas especialistas de la salud y los sindicatos de médicos liberales preconizaron esta política maltusiana.

Para los economistas en cuestión, la oferta determina la demanda. Al disminuir la primera se reduciría la segunda. Esta posición parecía mucho más asombrosa porque no incluía, en paralelo, ninguna adaptación del sistema sanitario. De manera menos ingenua, los sindicatos de médicos liberales consideraban que la disminución del número de prácticos facultativos les permitiría ocupar una posición de fuerza en el mercado. De hecho, esta disminución que favorece la práctica del extra o complemento de honorarios, en especial el de los especialistas, en gran parte está legalizada por la reforma de la seguridad social que estableció Philippe Douste Blazy. La declaración del doctor Guy-Marie Cousin, Presidente del Sindicato de ginecólogos tocólogos de Francia, resume bien la filosofía de esta práctica: "¡Si los pacientes no quieren pagar los extras de honorarios en clínica, sólo tienen que ir a hacerse atender al hospital por médicos con títulos extranjeros!". Consecuencia de esta lógica, la desertización médica no afecta únicamente a algunos territorios rurales, sino también algunas especialidades inaccesibles a los que no tienen los medios de pagar los complementos de honorarios...