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Desorden financiero y economía real

Una brecha estructural

La actual no es simplemente una crisis financiera. Es otra cosa, es una crisis estructural del capitalismo. La alocada especulación financiera que concluyó en la crisis actual tiene su origen en la tendencia a la caída de la tasa de ganancia capitalista en el sector productivo. Buscando una valorización artificial, el capital encontró su propio límite: una crisis en toda la línea de bancos, empresas y Estados.

Un rápido paso por la historia muestra que crisis financieras existieron desde la antigüedad; que los ciclos económicos se pueden contabilizar en Inglaterra al menos desde 1257; que grandes bancarrotas bajo el capital mercantil ocurrieron antes, como en España en 1557. El siglo XVII con sus crisis, incluida la de la burbuja especulativa de los tulipanes en 1634 en Holanda, alumbró la época en que el capital industrial se deshizo del antiguo usurero, la figura omnipresente en aquel tiempo. La crisis bursátil de 1720, conocida como crisis de la Compañía del Mar del Sur en Inglaterra, precedió a las agudas crisis en el continente europeo, que incluyeron hambrunas, como en 1788-1789, que dieron luz a la Revolución Francesa. Y las crisis de fines del siglo XIX parieron la fusión del capital bancario e industrial, el capital financiero. Crisis periódicas de superproducción industrial hubo desde principios del siglo XIX, hasta llegar a la de 1929-1933, que por su envergadura se transformó en depresión y condujo a una guerra internacional (1939-1945), para luego volver a la periodicidad cíclica de crisis habituales del capitalismo: 1975-76; 1980-1982; 1987; 1993; 1997; 2001-2002.

Artículo completo: 264 palabras.

Texto completo en la edición impresa del mes de noviembre 2008
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Carlos Rivas

Investigador del Instituto IGÊ, Buenos Aires.

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