Amenaza de desastre glacial en la Antártica

Del l al 12 de diciembre de 2008 se realizó en Poznan (Polonia) la cumbre de las Naciones Unidas sobre el cambio climático. Al mismo tiempo, la Organización Meteorológica Mundial lanzaba una señal de alarma: los gases que más contribuyen al efecto de invernadero, principales causantes del recalentamiento global, han alcanzado altos niveles de concentración en al año 2007. Esta constatación no tiene nada de abstracto. Demuestra la inquietud de los científicos sobre un posible desastre glacial en la Antártica.

“Los procesos dinámicos ligados al derretimiento de los hielos, no incluidos en los modelos actuales pero sugeridos por observaciones recientes, podrían incrementar la vulnerabilidad de los casquetes glaciares al recalentamiento, aumentando el futuro ascenso del nivel de los mares.” Esta breve frase extraída del cuarto informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre la Evolución del Clima (GIEC), difundido el 2 de febrero de 2007, está lejos de haber recibido la atención merecida. Y si bien los medios mencionaron una elevación proyectada del nivel de los mares, de aquí al final del siglo, de 18 a 59 centímetros, no reflexionaron sobre las limitaciones de los modelos.

No obstante, muchos climatólogos temen que el derretimiento progresivo de los hielos dé lugar a un desastre que desencadenaría una elevación rápida y mucho mayor de las aguas. Escenario inquietante, que profundiza la brecha entre la necesidad urgente de “salvar” el clima y las negociaciones con miras a un nuevo tratado “post-Kyoto”, que se sometió a la Conferencia de Naciones Unidas en Poznan, en diciembre de 2008, y se reiterará en Copenhague, en diciembre de 2009. La vida de decenas de millones de seres humanos, principalmente de los países del sur, está en juego.