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Amnistías que dividen a Timor Oriental

Entre la justicia y la reconciliación

En septiembre pasado se descubrió un osario cerca del aeropuerto de Dili. En él se amontonaban los restos de víctimas muertas entre 1975 y 2002 por el ejército indonesio de ocupación, que recibió la ayuda de policías, militares y milicianos de Timor Oriental, parte de los cuales permanecen impunes. Hoy el poder gubernamental toma la decisión, ampliamente rechazada, de la amnistía, con el supuesto objetivo de la pacificación. Esta cultura de la impunidad socava un número nada desdeñable de iniciativas tendientes a establecer un Estado de derecho.

El hombre ostenta una robusta barba blanca; todavía es buenmozo. Sale con esfuerzo de un taxi abollado y lanza miradas temerosas a su alrededor, como si viera fantasmas. Con los ojos pegados al suelo, avanza a paso lento hacia su casa, un chalet de una planta rodeado de un césped prolijamente cortado y ubicado en los alrededores de Dili. Cuando se acerca a la puerta, el hombre levanta lentamente la cabeza. Nuestros ojos se cruzan; él esboza una mirada pero no me ve.

Sin embargo, “mi padre no le tenía miedo a nada, era un ferviente defensor de la independencia”, me explicó, el día anterior, su hija Cris Carrascalão. Mediadora en el ámbito de la infancia y la resolución de conflictos, Cris se acerca a los treinta años pero parece mayor. Estamos sentadas en un rincón aislado del Turismo, uno de los hoteles más antiguos de Dili, frente al mar. Del otro lado de la bahía, la hermosa isla montañosa de Atauro parece inaccesible bajo la luz del crepúsculo. Carrascalão habla libremente, aunque parece distraída…

Artículo completo: 283 palabras.

Texto completo en la edición impresa del mes de enero 2009
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Angela Robson

Escritora, periodista, en particular para el BBC World Service de Londres.

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