El auge del poder pirata

El Partido Pirata, a tres años de su creación y sin un programa político completo, logró erigirse en la tercera fuerza política de Suecia y conquistar escaños en el Parlamento Europeo por el tema específico que pregona: la legislación de archivos compartidos en internet. Una cuestión ausente en la agenda política pero atractiva para los jóvenes.

Con el 7,1% de los votos, el muy joven Partido Pirata de Suecia (Piratpartiet) hizo el 7 de junio de 2009 un ingreso notable al Parlamento Europeo. Envió a Estrasburgo un diputado, Lars Christian Engström, un empresario informático de 49 años. La segunda candidata de la lista pirata, Amelia Andersdotter, estudiante de Economía en la Universidad de Lund, podría obtener, llegado el momento, otra banca.

Hay que tomar en serio el surgimiento de esta nueva oferta política. Con sólo tres años de existencia, el Piratpartiet reúne a cerca de 50.000 adherentes (sus adversarios señalan que la adhesión al Piratpartiet es gratuita), lo que lo convierte en la tercera fuerza militante de la política sueca, justo detrás de los moderados. Con su programa basado en la legislación sobre archivos compartidos, los jóvenes de 18 a 30 años –mayoritariamente hombres– adhirieron en 2009 en forma masiva. El desencadenante principal de este movimiento fue el proceso judicial a The Pirate Bay, un sitio de internet sueco que ofrece un motor de búsqueda especializado en los “torrents”, esos archivos que permiten descargar con la modalidad P2P (peer to peer) películas, música, softwares, etc....