Riqueza sin desarrollo

La economía chilena habría crecido el 2010 en torno a un cinco por ciento, cifra que probablemente superará este año 2011 el seis por ciento. Si no hay imprevistos, el gobierno proyecta que antes del fin de esta década el país podría ingresar al mundo desarrollado. Pero se trata de una ilusión estadística. Al observar la evolución de la economía durante las últimas décadas, vemos que el producto chileno se ha duplicado varias veces, pero para quedar concentrado cada vez en menos empresas. El resto de los actores económicos, trabajadores y ciudadanos, mantienen una economía de subsistencia.

Las huelgas y movilizaciones del año pasado han destapado las condiciones laborales de la gran mayoría de los trabajadores chilenos, las que se estrellan no sólo con las voluminosas cifras de los resultados de las grandes sociedades anónimas, sino con la misma evaluación del devenir económico que realizan agentes sectoriales y gobernantes. La economía chilena -pregonan desde diversos púlpitos y estrados- habría crecido el 2010 a una tasa superior al cinco por ciento, ritmo que aumentaría para el año 2011, la tasa de desocupación registra uno de los menores niveles de los últimos diez años, el precio del cobre toca techos históricos y el consumo sigue exhibiendo marcas inéditas. Pero estos indicadores están opacados por otros, que muestran un aumento de los niveles de pobreza, un sistema laboral clausurado y crecimiento de estadísticas que ya eran insostenibles: la desigualdad en la distribución de la riqueza ha alcanzado tasas desconocidas para la historia económica moderna...