En Damasco, cientos de partidarios del régimen sirio se congregaron frente a la sede de la cadena de televisión qatarí Al-Jazeera para denunciar su “parcialidad”. Paralelamente, el régimen libio prohibió la presencia en Trípoli de los periodistas del canal, acusados de apoyar a los insurgentes. Desde su creación en noviembre de 1996, Al-Jazeera convulsionó el paisaje mediático en la región y creó un espacio público transnacional, transformándolo en el principal actor de los cambios que sacuden al mundo árabe desde fines del año pasado.
El 2 de marzo de 2011, ante los miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, Hillary Clinton pronunció las palabras que el emir de Qatar y los directivos de Al-Jazeera esperaban desde 2001. La secretaria de Estado explicó que Estados Unidos “pierde la guerra de la información” en el mundo, debido a las grandes cadenas de televisión privadas estadounidenses “que difunden millones de spots publicitarios y debates entre expertos”, mientras que “la audiencia de Al-Jazeera en Estados Unidos aumenta porque aporta verdaderas noticias”. Y la señora Clinton añadió, dirigiéndose a los senadores: “Estén de acuerdo o no, (Al-Jazeera) es verdaderamente poderosa”. Está “cambiando las mentalidades y los comportamientos”.
Texto completo en la edición impresa del mes de mayo 2011
en venta en quioscos y en versión digital
E-mail: edicion.chile@lemondediplomatique.cl
Adquiera los periódicos y libros digitales en:
www.editorialauncreemos.cl