La búsqueda de caminos para el cambio

Conseguir la realización de un plebiscito para definir el carácter de la educación parece difícil, pero viable. Más complejo parece el escenario que permita una Asamblea Constituyente que elabore una nueva Constitución, pero hay optimistas. Muchos repiten una de las frases favoritas de Clotario Blest: “Si es necesario, es posible”.

La movilización estudiantil, como ninguna otra, ha puesto en debate -aunque todavía como enunciado general- la necesidad de un cambio constitucional de fondo. La demanda de una educación como derecho social sin fines de lucro choca frontalmente con el diseño de la Constitución de 1980, que consagró al mercado, que se ubica entre el Estado y la sociedad civil, como el poder que asigna los recursos.

Pese a todas las reformas, parches y enmiendas, la Constitución impuesta por la dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet sigue siendo la muralla contra la que se estrellan todos los intentos por materializar demandas sociales postergadas e insatisfechas por el modelo que ha reducido el Estado a su más mínima expresión y ha puesto al mercado como el eje de las decisiones...