Chile: Las batallas por la memoria

Una reconciliación que no fue, la persistencia de un escenario de impunidad, y visiones profundamente contrapuestas sobre el pasado, que son objeto de intensa controversia, e incluso de enfrentamiento, son parte del balance de la postdictadura chilena.

La fórmula de la transición chilena fue establecer una verdad cuyo “fin preciso y determinado” era “colaborar a la reconciliación de todos los chilenos”. El espacio elegido para el despliegue de esa verdad fue el Informe Rettig. Junto con ser expresión de la fórmula presidencial “verdad y justicia en la medida de lo posible”, dicho informe fue también el primer reconocimiento oficial, desde el Estado, de las graves violaciones a los derechos humanos que, sin embargo, ya habían sido ampliamente denunciadas desde el inicio de la dictadura.

En un primer momento y en los años inmediatamente posteriores a la difusión del Informe Rettig, las reacciones de los actores sociales y políticos fueron diversas pero todos coincidieron en reconocer los hechos. La controversia arreció en torno al análisis de las causas de tales hechos, al alcance del período histórico que debía haber sido investigado y a las responsabilidades penales, políticas y éticas implicadas en estos crímenes. Este último ha sido el tema más polémico...