Las experiencias de un año de lucha muestran que el movimiento estudiantil ha logrado avanzar en las tres “A”: Autonomía, autogestión y autoeducación, pilares para seguir profundizando la movilización de todo el pueblo.
Es complejo intentar un balance de las luchas de un año cuando se hace en el trayecto de la coyuntura misma, como es difícil hacer un análisis de lo ocurrido pues éste se enmarca dentro de un período de hechos que obliga a construir una mirada popular del período que recientemente dejamos atrás. El objetivo de un balance aproximado es, entonces, alimentar de forma escueta y con algunos elementos que construimos colectivamente en la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios, de la que fui vocero durante el 2011.
Como organización partimos el año con un potencial revolucionario tremendo, pero con la principal necesidad (y obligación) de toda organización estudiantil de acumular un número importante de liceos, estudiantes de base y dirigentes, (que por cierto representan la denominada por nosotros fuerza social revolucionaria) con disponibilidad a movilizarse; y mucho más que eso, con disponibilidad de combate, de lucha y de motivación hacia más estudiantes que pudieran traducirse en la apertura a nuevos liceos y asambleas de estudiantes dispuestos a movilizarse.
Esto estuvo precedido, primero, por un arduo trabajo de bases realizado sobre todo durante el año 2010.y segundo, por un temprano trabajo que realizamos en los meses de diciembre, enero y febrero del 2011, durante el período de vacaciones escolares. Un grupo de no más de cincuenta compañeros y compañeras trabajamos esos meses para construir organización estudiantil y autoeducación, mientras paralelamente también reconstruimos lazos con algunos actuales dirigentes, sobre todo del sur del país que fueron, sumados a la Región Metropolitana, los más movilizados durante el año anterior.
Con todo este trabajo avanzado nos encaminamos a empezar el 2011, pues sabemos que el “mambo” (1) empieza paralelamente al inicio del año escolar. Comenzamos a mediados de marzo con un número cercano a los veinte liceos, para ir escalando progresivamente, hasta que ya en la segunda quincena de abril teníamos a unos 35 liceos coordinados, y con una muy relevante participación de estudiantes independientes. Tras una amplia y democrática discusión llamamos a la primera movilización del año, (a la que, por cierto, los universitarios nos respondieron con una contra-movilización en disputa de la conducción del movimiento).
Es muy inusual que en la primera movilización del movimiento estudiantil se presenten cuatro mil estudiantes, y además de manera espontánea se realice la toma de una radio emisora, sumado a las cerca de cuatro horas de combate que los estudiantes libraron contra la policía antimotines o fuerzas especiales. Fueron estos tres elementos los que nos ayudaron de forma muy rápida a construir un análisis de la coyuntura y también pregonar como se veían venir las siguientes jornadas. No nos equivocamos, porque fueron esos tres elementos los que caracterizaron al movimiento social o popular, como lo llamamos a los que no creemos en los términos postmodernistas como (…)
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