¿Gobierna la izquierda en El Salvador?

En el puerto de Acajutla, sobre la costa del Pacífico, a 85 kilómetros al sudoeste de San Salvador, la capital, se encuentra el depósito de combustibles Schafik Hándal, por el nombre del difunto dirigente histórico y antiguo comandante de la guerrilla salvadoreña, el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN). En 2006, una veintena de comunidades conducidas por alcaldes del FMLN –convertido este último en partido político al final del conflicto armado de los años 1980–, unieron sus capitales y se asociaron a la compañía petrolera del Estado venezolano, Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA). Se trata del primer acuerdo de cooperación estratégica no suscrita entre Estados. La instalación es la más grande de América Central: podrá proveer de combustibles y de lubricantes más baratos a los demás países de la región, para gran descontento de las empresas petroleras estadounidenses. Un detalle: en el momento de la inauguración de la fábrica, el 19 de mayo de 2011, el presidente Mauricio Funes, elegido al frente del FMLN, brillaba por su ausencia.

Al término de doce años de guerra revolucionaria, y en virtud de los acuerdos de paz de 1992, el FMLN desmanteló su estructura militar. Reconocido como partido, se fija entonces un primer objetivo: las elecciones legislativas de 1994. Mientras que cuadros y militantes carecen de tiempo (pero también de experiencia y de dinero) para organizarse, la derecha agita el eslogan “¡Patria, sí, comunismo, no! El Salvador será la tumba de los rojos”. La derecha dura de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) triunfa, pero el FMLN, con veintiún diputados, se convierte en la segunda fuerza política del país...