La reforma tributaria que Chile espera

Según el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, una reforma tributaria “la comenzamos a pensar a fines de 2011”. La demora en presentar una propuesta concreta resultó muy larga.

En verdad la necesidad de una reforma tributaria fue planteada por la movilización social, y en particular por la demanda de una reforma educacional en el curso de 2011 que tuvo el mérito de señalarle al país que si se deseaba avanzar realmente en este terreno se precisaban recursos para hacerlo y esos debían generarse de manera permanente.

Desde luego, Larraín no se ubica en esta perspectiva, pero se vio obligado a considerar los limitados incrementos de recursos que se proponen, en lo que denominó “perfeccionamiento” del sistema impositivo, a fondos para la educación. “Nuestro objetivo, declaró poco antes de viajar a las asambleas semestrales del FMI y el Banco Mundial, así como a reuniones preparatorias de la cumbre del G-20, es obtener una recaudación que permita aumentar la cobertura preescolar, mejorar la subvención, aumentar las becas para la educación superior y mejorar las bases del acceso al crédito. Para todo esto, detalló, necesitamos entre US$700 millones y US$900 millones, (…) vamos a hacer una reforma tributaria con una recaudación moderada”. Estos montos claramente no conducen a lo que el país exige y mal se le puede dar el nombre de reforma...