Ahora vienen por el agua

Grandes corporaciones, chilenas o extranjeras, se han apropiado, primero, de las tierras, luego de los bosques y ahora quieren los recursos hídricos. Como lo han hecho durante siglos, las comunidades resisten.

En la macrorregión sur, según Víctor Toledo Llancaqueo, que comprende desde el Biobío hasta la isla de Chiloé, la legislación sectorial y los procesos privatizadores desarrollados principalmente bajo la dictadura militar y luego bajo los gobiernos “democráticos” de la Concertación y hoy de la Alianza, han determinado el traspaso de bienes comunes desde la esfera pública hacia la esfera mercantil: la tierra, los bosques, los recursos bentónicos, los minerales y el agua; asegurando el control férreo para los nuevos patrones y sus socios, las empresas extranjeras. Este ejercicio modernizador trae aparejado la consiguiente vulneración de derechos económicos, sociales y culturales de los pueblos y comunidades de estos territorios.

Víctor Toledo Llancaqueo afirmaba ya en 2006 que “entre las nuevas disputas por el territorio, los conflictos “socio ambientales” son los más característicos: allí se enfrentan diversos actores en torno a las decisiones sobre los destinos de los territorios, el uso de los suelos y de los recursos. Además de contiendas de gran visibilidad, se han generado resistencias en muchas localidades que conservan arraigo y densidad cultural” (4). Este nudo crítico está presente en el conflicto socio ambiental que Endesa Enel generó con las comunidades mapuche por sus proyectos Central Hidroeléctrica Neltume y Línea de Alta Tensión Neltume Pullinque en la comuna de Panguipulli...