Los dos Sures

Tras las esperanzas que despertó su elección en 2008, Barack Obama termina su primer mandato con menos entusiasmo decepcionando a muchos de sus partidarios. Su competidor, Mitt Romney, tampoco entusiasma a las multitudes.
Los comicios del 6 de noviembre se decidirán en unos pocos Estados. La campaña es muy distinta en dos Estados sureños: Georgia y Carolina del Norte.

Todas las mañanas, a las 6, Russell Stanton se pone al volante de su camioneta y serpentea por las fincas de los alrededores, con la esperanza de encontrar trabajo para el día. Cosechar duraznos, maní, maíz, lo que le pidan. En el calor húmedo de esta tarde de agosto, el hombre, de unos cuarenta años, sale cada tanto de su habitación climatizada para fumar un cigarrillo en el estacionamiento del motel. Vive aquí, en Darien, Georgia, hace tres años: “Es más barato que alquilar un departamento. Tiene electricidad, cable, e incluso hay alguien que viene a hacer la habitación todos los días”, se ríe mirando a su hermana Jenna, la empleada de limpieza del establecimiento. Instalada con su marido y sus hijos en dos habitaciones contiguas, Jenna solo trabaja una o dos horas por día. “El motel no tiene muchos clientes, sobre todo residentes permanentes. En este momento hay un conductor de camión, su novia y una familia de indios. Mucha gente pasa por la esquina, pero prefieren detenerse en el borde de la carretera”. Los candidatos a la Casa Blanca tampoco se toman la molestia de detenerse en Georgia: prefieren ir a Carolina del Norte o a Florida, donde se definirán los resultados de las próximas elecciones presidenciales.

Situado a pocos kilómetros de la Interestatal 95 que bordea la costa atlántica desde Florida hasta Canadá, este pueblo del sur de Estados Unidos, de apariencia pacífica, no tiene nada de destino turístico: apenas un amplio bulevar, una multitud de calles perpendiculares, estaciones de servicio, almacenes sin frutas ni verduras y, sobre todo, un sinnúmero de casas en venta. De las (...)