Diez meses después de la llegada al poder del Ennahda, Sidi Bouzid, la ciudad donde nació la “revolución de la dignidad”, volvió a ser el escenario de varios movimientos reivindicativos que incluyeron tanto a los agricultores como a los obreros de la construcción y los desempleados. La Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT) apoyó esas acciones. El 14 de agosto de 2012, convocó una huelga general para reclamar medidas de desarrollo regional y exigir la liberación de los jóvenes desocupados arrestados durante las manifestaciones que fueron violentamente reprimidas por la policía. La oficina local del Ennahda, por su parte, invitó a la base y las estructuras del sindicato a abstenerse de todo compromiso político y a preservar su independencia.
Este enfrentamiento entre el Ennahda y la UGTT empezó el 25 de febrero de 2012 con una manifestación que reunió a alrededor de cinco mil personas en Túnez, convocada por la central. Los manifestantes denunciaban la basura arrojada, según ellos, por los militantes frente a varias sedes sindicales después del movimiento social de los empleados municipales, una de las categorías más desfavorecidas en Túnez...
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