Desunión nacional en Birmania

Desde la disolución de la Junta Militar del general Than Shwe, en marzo de 2011, y el viraje reformista que decidió su sucesor, el presidente Thein Sein, se reanudó el diálogo entre la mayoría birmana (bamar) y las minorías étnicas. Pero múltiples factores suspendieron la resolución de los conflictos identitarios, por lo que no puede esperarse una rápida reconciliación.

Desde el otoño boreal de 2011, el presidente birmano Thein Sein, a través de su enviado especial el ex general Aung Min, prorrogó la mayoría de los alto el fuego decididos por la Junta anterior, particularmente con la poderosa milicia de los Wa, etnia sinizada del norte del país, implicada en la producción y el tráfico de opio desde los años 1960. Sobre todo logró negociar por primera vez acuerdos históricos con las minorías karen, shan, chin y karenni. Tras esos acuerdos, la “comunidad internacional” (Japón y Noruega a la cabeza) se mostró dispuesta a apoyar los proyectos de desarrollo en las zonas recientemente pacificadas de la frontera birmano-tailandesa.

Pero al optimismo de los primeros meses sucedió el temor al estancamiento de las negociaciones, según un esquema familiar en Birmania. Los choques entre rebeldes shan y batallones del ejército birmano siguen siendo frecuentes; a propósito de la prosecución del diálogo, se multiplican las escisiones en el seno de la comunidad karen. Y si bien se iniciaron conversaciones con esos grupos de la frontera birmano-tailandesa, el conflicto kachin se estanca en el norte del país desde que en junio de 2011 el Ejército de la Independencia Kachin retomó las armas. Así, los combates provocaron el desplazamiento de más de cien mil kachins, muchos de los cuales buscaron refugio en Yunán (China)...