Marineros abandonados en Las Palmas

En las costas de las islas Canarias, mar adentro frente al Sahara Occidental, navieros insolventes o mafiosos estafan a marinos de los países del Este y de África y los abandonan sin salario, luego de haber pasado meses en el mar. La ayuda se organiza lejos de las miradas, en este archipiélago en el cruce de los continentes.

Sentado al otro lado de su escritorio, el capitán cubano Pedro Leyva avanza un peón en el tablero electrónico, en la luminosidad que se filtra por el ojo de buey. A su alrededor, por los pasillos, a lo largo de las escalerillas de metal y hasta el fondo de las bodegas, anida el silencio que se ovilla en el óxido, símbolo de una deserción anticipada. Amarrado entre dos buques en un dique del puerto comercial de Las Palmas, en las Islas Canarias, hace tres años y medio que el petrolero Iballa G está abandonado.

Imposibilitado de saldar sus deudas con los prestadores de servicios del muelle y de pagar a su tripulación, su propietario escapó por la tangente. Y los marinos damnificados se fueron. Salvo uno. A sus 68 años, Leyva, último ocupante de un petrolero de ciento dieciséis metros, llena sus jornadas a la sombra, entre los hierros, mientras aguarda el veredicto del proceso, en 2015...